La jornada, desarrollada en el barrio de Palermo. tuvo la presencia de Fito Paez como plato fuerte, pero hubieron varios invitados en el homenaje. El rosarino aportó las citas más crudas y rockeras al inmenso legado musical de Charly García.

Además de representar clásicos del homenajeado, Fito tocó canciones de "Rock and Roll Revolution", su último disco, con un tono siempre cercano a la declamación.

Más temprano, en la espera de ese desenlace, las miles de personas que poblaron el escenario montado en Avenida Figueroa Alcorta y Pampa, oyeron un discurso sonoro en el que predominaron las referencias al pulso pop de los primeros años de la carrera solista del creador de Sui Géneris.


Un momento esperado por el público fue la irrupción de Turf, la banda liderada por el cantante Joaquín Levinton y que cultiva las formas del rock pero también el indie y el gesto pop.

A su turno, Massacre hizo su aporte al clima potente de la noche con una versión de "Demoliendo hoteles" para luego entregarse a una cita ajena, "Rape me", del segundo álbum de Nirvana.


Un pasaje intenso de la jornada se vivió con la presencia de Virus, la emblemática banda new wave de los '80 que fue fundada por Federico Moura -fallecido en 1988- y hoy es comandada por su hermano Marcelo.

Las primeras horas del festival, que se inauguró poco después de las 15, fueron matizadas por el espíritu cancionero de Rosal, la banda liderada por María Ezquiaga y que tiene una década transitando el circuito musical.

Ocho horas de música y referencias permanentes a la obra de García, algunas cerca de la virtud artística, signaron el temperamento del festival que, más allá de las subjetividades, contó con el acompañamiento del público.