La mujer, de 71 años, cuyo nombre no se reveló, mató, descuartizó y cocinó a su marido, de 80, para luego hacer un guiso con su nariz, corazón y pene, que luego ingirió.


"Mi defendida sufrió una crisis furiosa de locura. Ahora tienen que ser los profesionales lo que decidan cuáles han sido las razones para llegar a un final tan terrible", explicó su abogado defensor sobre la mujer, que es abuela y tiene diez hijos.


El caso fue presentado en público como "la Hannibal Lecter" en honor al personaje de Anthony Hopkins en "El silencio de los inocentes".


Pero al contrario del macabro y comunicativo Dr. Lecter, la mujer llegó a la comisaría del poblado de Lowry con su ropa cubierta de sangre y después de confesar el crimen se sumió en un silencio y quedó internada en el ala psiquiátrica de la cárcel de mujeres de Nancy-Maxéville.