Andrew Wardi, de 40 años, esperó un año para confesarle a su novia, de 25, que no tenía pene. Y es que el hombre padece de una malformación congénita que hizo que la vejiga quede fuera de su cuerpo y sin la presencia de su órgano viril.

Wardi fue abandonado al nacer y adoptado por una enfermera que cuidó de él en el hospital con la ayuda de su marido.

Después de 15 operaciones, los médicos lograron sellar su vejiga dentro de su cuerpo, pero él se quedó sin genitales.

Fedra Fabian, pareja de Wardi mencionó no sentirse traicionada. "Cuando llegamos por primera vez juntos, él tenía problemas renales y él me dijo que era por qué no podía tener relaciones sexuales. Pero luego él se atrevió a confesarme la verdad sin que yo lo obligara", informó el Daily Mail'.

La pareja se conoció en 2012 mientras trabajaban en un campamento de vacaciones en Skegness en Inglaterra, sin embargo, la relación fue a distancia, ya que ella vivía en Hungría y él en Inglaterra.