Turismo oscuro, donde los centros de tragedias y matanzas son la principal atracción
Cada vez son más las personas que deciden visitar lugares conocidos mundialmente por haber sido epicentro de devastación y tragedia, como sitios de guerra, ciudades donde ocurrieron fenómenos naturales o donde se llevaron a cabo atroces crímenes de lesa humanidad. El coliseo o las calles donde Jack el Destripador cometía asesinatos son algunos de los más populares.
Se trata del “turismo oscuro”, donde las personas se ven motivadas a recorrer lugares conocidos por llevar a cabo atroces crímenes de lesa humanidad, por haber sido epicentros de devastación y tragedia, como sitios de guerra o ciudades donde ocurrieron fenómenos naturales. El Coliseo, las catacumbas romanas, los campos de concentración como Auschwitz, la ciudad de Pompeya en Italia, o el Taj Mahal, que es una tumba, son claros ejemplos de esta modalidad viajera.
Varios expertos criticaron duramente este tipo de turismo, ya que algunos viajeros acuden a cierto lugar por una curiosidad morbosa, en lugar de hacerlo por su valor histórico o cultural. Además, reprocharon a aquellos que lucran con esta actividad, que es objeto de estudio desde hace unos años. Los académicos del Departamento de Hospitalidad, Turismo y Ocio de la Galsgow Caledonian University, John Lennon y Malcom Foley, fueron los primeros en utilizar el término “turismo oscuro”, en 1996.
Una de las cuestiones más criticadas es el manejo que le dan los guías a este tipo de turismo. Por ejemplo, los visitantes que llegan a los túneles Cu Chi, cerca de Ho Chi Minh, pueden pagar para disparar con armas AK-47 en los laberintos donde se llevó a cabo la guerrilla del Viet Cong durante la Guerra de Vietnam. Hay una gran diferencia entre los turistas que hacen el tour y los organizadores que lucran con este tipo de experiencias.
El viajero también debe saber comportarse cuando visita estos lugares. Hace poco, Justin Bieber se metió de nuevo en problemas con la prensa debido a un mensaje que había dejado en el libro de visitas del Museo de Anne Frank en Ámsterdam, Holanda. También suele provocarse revuelo cada vez que alguien posa para una selfie sonriendo o con los pulgares para arriba en sitios como, por ejemplo, el campo de concentración de Auschwitz, o en Pripyat, la ciudad ucraniana que se vio devastada debido a la tragedia de Chernobyl.
Los lugares donde se llevaron a cabo asesinatos sangrientos también son muy visitados. Tal es el caso de las calles londinenses por donde pasó Jack el Destripador. Dr. Philip Stone, director ejecutivo del Instituto para el Estudio del Turismo Oscuro de la Universidad de Central Lancashire, en el Reino Unido, explicó al periódico británico The Guardian que se trata de "la comercialización de la muerte. En el sitio donde cayó el Vuelo 93, los granjeros de la zona comenzaron a vender tours, pero ahora hay un memorial establecido. Hubo un proceso de comercialización que se produjo desde la demanda inicial hasta que se transformó en un destino formal".
“En Estados Unidos este tipo de turismo ha estado asociado con viajar al Ground Zero en Nueva York, donde fueron derribadas las Torres Gemelas”, explicaron desde el sitio GriefTourism.
Según pronosticaron los académicos, el turismo oscuro se seguirá popularizando cada vez más a pesar de la polémica o las críticas que pueda provocar.