Ruso con enfermedad genética se someterá a un trasplante de cabeza
Un paciente terminal ruso que padece de una grave enfermedad genética que ataca las neuronas motoras aseguró estar preparado para someterse a un trasplante de cabeza que llevará a cabo el controvertido doctor italiano Sergio Canavero.
"Ésta es mi decisión final y no pienso cambiarla. ¿Miedo? Claro que lo tengo, pero si no lo intento mi futuro puede ser aún peor", dijo el programador Valeri Spiridónov, de 30 años, tras contactar al doctor italiano Sergio Canavero para que lleve a cabo la primera operación de trasplante de cabeza, debido a que padece de una grave enfermedad genética que empeora con el paso del tiempo.
El programador comparó el procedimiento al que será sometido, en la que su cabeza sería trasplantada a un cuerpo sano uniéndola por la espina dorsal, con la conquista espacial. "Este experimento es un gran avance científico que está al mismo nivel que el vuelo de Gagarin", dijo a la televisión rusa Zvezdá.
El tiempo juega en contra de Spiridónov, que empeora cada día y ha superado ya la esperanza de vida para personas con su enfermedad.
Según dijo el paciente a Interfax, ha recibido una invitación para participar en una conferencia internacional de neurocirujanos en Illinois, EEUU, este verano. "He recibido la invitación del doctor Canavero, que está de acuerdo en realizar la operación. Ahora lo importante es encontrar los medios para participar", señaló.
Spiridónov agregó que psicológicamente está preparado para la operación. "He pasado desde hace tiempo todas las consultas necesarias, mi madre es psicóloga".
Canavero quiere reunir a un equipo de 150 doctores y enfermeras para llevar a cabo la cirugía, que se estima costaría algo más de 10,3 millones de euros.
En su cuenta de Twitter, Spiridónov da las gracias a todos por su apoyo y señala que "confía en que todo salga bien" o que "al menos sea útil para la ciencia y el futuro de la medicina".
El único precedente de una operación similar se produjo en 1970, cuando el doctor Robert White, de la Universidad de Medicina Case Western Reserve, trasplantó la cabeza de un simio al cuerpo de otro. Ocho días después, el animal murió.