En Bukit, Malasia, unos ladrones de ganado no muy inteligentes decidieron llevarse cuatro vacas -con un peso aproximado de 400 kilos cada una- en el asiento trasero del automóvil y en el baúl.

Los acomodaron como pudieron en el estrecho espacio, sin embargo, no se pudieron salir con la suya: el auto con el que se transportaban cedió ante el inmenso peso y tuvieron que abandonarlo a 15 kilómetros del lugar del robo.

La policía encontró el auto con el botín e informaron que los ladrones se marcharon, y están siendo rastreados.