Jacob Francis Brookes, de 41 años, llegó horas más tarde a su boda y todavía seguía en estado de ebriedad cuando se presentó en la iglesia de la localidad de Adelaida, en Australia.


El cura se negó a casarlos luego de ver al novio en ese estado. Por su parte, la novia se mostró completamente decepcionada y huyó frente a la mirada de todos sus seres queridos.


Brookes fue detenido y acusado de desorden público. "Tomé tres cervezas y dos whiskies", declaró el hombre durante su audiencia, que al salir, confesó que seguía amando a quien iba a ser su esposa. "Haré todo lo que sea necesario para recuperar su amor", aseguró.


"He estado soñando durante días y días y días sobre su hermoso vestido de novia y verla caminar por el pasillo", dijo a la prensa local.