Gaynor Rzepka, de 25 años, no tenía idea que estaba embarazada, cuando se encontraba en Llantwit Major, Glamorgan, Gran Bretaña, en la casa de sus padres y entonces le dieron muchas ganas de defecar.


La mujer entró al baño, se bajó los pantalones y luego de hacer fuerza un par de veces, dio a luz en el inodoro. Su hijo, el pequeño Olly-James, pesó 2.9 kilos y nació perfectamente sano."Sólo pujé y él salió. Pude atraparlo antes que cayera en el agua. Me quedé en shock", declaró Gaynor.


Gaynor insiste que no estaba enterada de su embarazo ya que sus períodos menstruales eran regulares y su aumento de peso no fue significativo. De hecho, continuó trabajando en el supermercado Cowbridge e incluso, hace 5 meses, corrió un maratón.


"No tuve ninguna señal, ni malestar, tampoco dolor, nada en absoluto. Tuve mis períodos hasta el final. Comí mucho la pasada Navidad y pensé que mi aumento de peso se debía a eso", confesó Gaynor.