Una mujer de 46 años, que no fue identificada por temas legales, entró a una comisaría en Toulouse, Francia, a pedir ayuda con un problema que le preocupaba demasiado: verificar que la cocaína que poseía era realmente pura como le habían dicho.

Todo ocurrió el pasado lunes cuando se dirigió a la comisaría con tres bolsas, dos con cocaína y una con crack, según informó la agencia France Presse.

La mujer explicó que necesitaba la ayuda de la policía para comprobar la calidad del producto que tenía pensado vender, ya que “no quería que los clientes mueran de sobredosis”.