Mason A. Requa, de 18 años, un repartidor de pizzas de la localidad de Clarkson, en Nueva York, podría ir preso después de denunciar al 911 que había sido testigo de un asesinato. El joven admitió que inventó la historia para evitar que su jefe lo despidiera por llegar tarde a una entrega.


El joven llamó a la policía en la noche del miércoles pasado para denunciar que había sido testigo cómo un hombre había decapitado de un machetazo a una niña de 7 años, cuando en realidad era una mentira para no ser despedido, informó el sitio Democrat & Chronicle.


La Policía inició una investigación en todo el Condado de Monroe, en el Estado de Nueva York, para dar con el supuesto asesino, que resultó ser un invento de Requa. El adolescente dio detalles de cómo estaba vestido el criminal, qué auto conducía y hasta el tipo de machete que usó.


Pero a pesar de que el informe detallado de Requa "le dieron credibilidad" a su denuncia, la Policía no encontró al hombre, ni a la joven víctima. En vez, el repartidor de pizzas fue arrestado por falso testimonio y fue enviado a la cárcel con una fianza de entre mil y 2.500 dólares.


El futuro del joven será definido el 26 de agosto próximo en el juzgado de Hamlin.