La esperanza fue lo último que se perdió: Francia metió cuatro y Argentina se vuelve a casa sin gloria
Con goles de Griezmann de penal, Pavard y dos de Mbappé, la gran figura, los dirigidos por Deschamps eliminaron al equipo de Jorge Sampaoli por 4 a 3. Para la albiceleste marcaron Di María, Mercado y Agüero.
En un Mundial arrancar dormido o realizar una mala lectura puede costar una eliminación y cuatro años de espera. Y algo de eso le pasó a Argentina, que comenzó en otra sintonía, lenta, previsible y cuando se recuperó, por esas cosas del fútbol, volvió a pifiar malamente. El 2-4 nos deja afuera en octavos de final, demasiado temprano para tanta ilusión.
La llave fue Kylian Mbappé, quien con tres corridas de arranque hizo un desastre y presagió lo que sería su partido. En la primera lo bajó Mascherano y el tiro libre de Griezmann pegó en el travesaño. En la segunda Rojo, héroe hace cuatro días hoy fue villano y le hizo un penal grande como el estadio de Kazán. Acá el delantero del Atlético no perdonó y puso el 1-0. En la tercera otro pelotazo a la espalda de los centrales derivó en una infracción de Tagliafico a centímetros del área, que esta vez desperdició Pogba.
El escenario era procupante. Con Di María desenchufado , con Banega bien controlado, Messi no tenía con quién generar juego, más allá de las ganas de Pavón, quien tiraba centros para un 9 imaginario porque el DT optó por dejar a sus tres referencias de área -Higuaín, Agüero y Dybala- en el banco, en un experimento que no daba réditos.
Tras esos primeros 20 minutos iniciales traumáticos, el juego se emparejó, pero siempre con la sensación de que que en cualquier momento la Selección volvería a sufrir. Lo de Argentina en ataque era muy pobre, pero en el primer tiro al arco se cantó bingo: Di María sacó un zurdazo inmortal que se coló en ángulo para irse 1-1 al descanso, contra todos los pronósticos.
Para el complemento Sampaoli metió por primera vez en el torneo un cambio en el entretiempo: Federico Fazio, quien no tenía minutos en el Mundial, ingresó por Rojo, que estaba amonestado y muy expuesto ante la velocidad gala.
Y la primera Argentina volvió a pegar. Tras un centro de Banega, Messi giró en el área sacó un remate que era fácil para Lloris, pero Mercado, siempre con un ángel especial para partidos clave, desvió con un toque suave para el 2-1.
Francia sintió el impacto, pero a punto estuvo de empatarlo a los 11 tras un error de Fazio, que descolocó a Armani. Pero lo salvó la mala definición de Griezmann. Acto seguido, como si esa jugada hubiese despertado a los europeos, lo empató Benjamín Pavard con el segundo golazo de la tarde, tras engancharla con tres dedos desde fuera del área.
Seis minutos después, otro golpazo: Mbappé fue más rápido que todos en el área puso el 3-2.
Recién ahí Sampaoli se decidió por poner un 9, con el ingreso de Agüero por Enzo Pérez. Pero al ratito una contra, con la defensa en pésimo retroceso, costó el 4-2, con otra gran definición de Mbappé.
Fueron tres goles en contra en 10 minutos para terminar con cualquier ilusión. Solo quedó lugar para el dolor, la tristeza y un agónico gol de Agüero, que ni se pudo gritar. Chau Mundial.
En un Mundial arrancar dormido o realizar una mala lectura puede costar una eliminación y cuatro años de espera. Y algo de eso le pasó a Argentina, que comenzó en otra sintonía, lenta, previsible y cuando se recuperó, por esas cosas del fútbol, volvió a pifiar malamente. El 2-4 nos deja afuera en octavos de final, demasiado temprano para tanta ilusión.
La llave fue Kylian Mbappé, quien con tres corridas de arranque hizo un desastre y presagió lo que sería su partido. En la primera lo bajó Mascherano y el tiro libre de Griezmann pegó en el travesaño. En la segunda Rojo, héroe hace cuatro días hoy fue villano y le hizo un penal grande como el estadio de Kazán. Acá el delantero del Atlético no perdonó y puso el 1-0. En la tercera otro pelotazo a la espalda de los centrales derivó en una infracción de Tagliafico a centímetros del área, que esta vez desperdició Pogba.
El escenario era procupante. Con Di María desenchufado , con Banega bien controlado, Messi no tenía con quién generar juego, más allá de las ganas de Pavón, quien tiraba centros para un 9 imaginario porque el DT optó por dejar a sus tres referencias de área -Higuaín, Agüero y Dybala- en el banco, en un experimento que no daba réditos.
Tras esos primeros 20 minutos iniciales traumáticos, el juego se emparejó, pero siempre con la sensación de que que en cualquier momento la Selección volvería a sufrir. Lo de Argentina en ataque era muy pobre, pero en el primer tiro al arco se cantó bingo: Di María sacó un zurdazo inmortal que se coló en ángulo para irse 1-1 al descanso, contra todos los pronósticos.
Para el complemento Sampaoli metió por primera vez en el torneo un cambio en el entretiempo: Federico Fazio, quien no tenía minutos en el Mundial, ingresó por Rojo, que estaba amonestado y muy expuesto ante la velocidad gala.
Y la primera Argentina volvió a pegar. Tras un centro de Banega, Messi giró en el área sacó un remate que era fácil para Lloris, pero Mercado, siempre con un ángel especial para partidos clave, desvió con un toque suave para el 2-1.
Francia sintió el impacto, pero a punto estuvo de empatarlo a los 11 tras un error de Fazio, que descolocó a Armani. Pero lo salvó la mala definición de Griezmann. Acto seguido, como si esa jugada hubiese despertado a los europeos, lo empató Benjamín Pavard con el segundo golazo de la tarde, tras engancharla con tres dedos desde fuera del área.
Seis minutos después, otro golpazo: Mbappé fue más rápido que todos en el área puso el 3-2.
Recién ahí Sampaoli se decidió por poner un 9, con el ingreso de Agüero por Enzo Pérez. Pero al ratito una contra, con la defensa en pésimo retroceso, costó el 4-2, con otra gran definición de Mbappé.
Fueron tres goles en contra en 10 minutos para terminar con cualquier ilusión. Solo quedó lugar para el dolor, la tristeza y un agónico gol de Agüero, que ni se pudo gritar. Chau Mundial.
La ilusión se quebró a los 68 minutos. Fue la enésima pelota filtrada para Kylian Mbappé. Una daga entre los centrales argentinos que funcionó en los primeros minutos del primer tiempo y que se potenció cuando Francia fue a buscar el partido tras estar en desventaja. Para la selección, la visita a Kazán fue un golpe de realidad y la consumación de una eliminación que se había visto de cerca hace cuatro días. La Argentina no pudo sostener el ritmo del rival, cayó 4-3 y se despidió del Mundial Rusia 2018 . Así, firmó la peor perfomance del seleccionado desde la eliminación en la primera rueda de Corea/Japón 2002. Un golpe que tendrá efecto inmediato: es el adiós para la generación de las tres finales. Una despedida que podría incluir a Lionel Messi .
Tras empezar abajo por un golpe de penal de Antoine Griezmann , el conjunto de Jorge Sampaoli se recuperó en el marcador con el golazo de Angel Dí María (clave para cerrar la primera mitad) y un rebote de Gabriel Mercado . La reacción parecía convertirse en un golpe anímico favorable ante una Francia aturdida, pero nada de eso sucedió. Los galos insistieron con Mbappé entre los centrales argentinos, con el desborde y la generación de espacios. Todo a un ritmo más rápido, todo con mayor facilidad. Lo que a la Argentina le costaba dos minutos, Francia lo hacía en segundos. Benjamin Pavard anotó un golazo y Mbappé liquidó el partido. El joven francés se aprovechó de los espacios, pero también de un Franco Armani que se mostró vulnerable. El tanto deSergio Agüero en el minuto 93 solamente sirvió para decorar el resultado.
Javier Mascherano ya anunció su final, pero no será el único que dejará de vestir la camiseta albiceleste. La incógnita se posa sobre el futuro de Messi. A los 31 años, y tras cuatro mundiales, Rusia parecía la última oportunidad para el rosarino. El lugar para conquistar el único título que falta en sus vitrinas. Agüero, Marcos Rojo y Angel Di María aparecen en la lista de los que darían un paso al costado. Los subcampeones del mundo quedarán marcados por las frustraciones en el último aliento. Es la despedida para una generación de grandes logros individuales que no pudo trasladar esos éxitos a la selección.
El camino en Rusia tuvo más sinsabores que alegrías. El gol de Rojo ante Nigeria y la consecuente clasificación a octavos parece un oasis en un desierto que incluye el empate con Islandia en el debut, la dura caída frente a Croacia y este golpe final frente a Francia. En el medio, se puso en duda el futuro de Sampaoli, se vivieron momentos incómodos con audios y filtraciones y quedó flotando en el aire la idea de una autogestión a mitad de camino. Qué hará el DT y qué decidirá la AFA (el casildense llegó de la mano de Claudio "Chiqui" Tapia ) son por ahora preguntas sin respuestas. Tras cuatro años de golpes de timón en la dirigencia y cambios de entrenadores, el camino a Qatar 2022 necesitará de un proyecto firme. Francia desnudó falencias y le puso punto a final a una generación de elite, pero también la idea de que no todo pasa por encomendarse a los milagros futbolísticos.
La Nación