Rika Okada era enfermera, tenía 29 años, y estaba desaparecida desde el 21 de marzo pasado en Osaka, al sur de Japón.



La policía de Tokio encontró su cuerpo en el interior de un paquete de dos metros de longitud ubicado en un depósito de alquiler.



El paquete llevaba impresa la palabra "muñeca" y la empresa de mensajería que facturó el envío lo hizo a nombre de la propia víctima, que había pagado el servicio con la tarjeta de crédito de Okada.

Los forenses encontraron más de una docena de heridas por arma blanca en el cadáver, aunque no había signos de un intento de defensa en puños o brazos, según el diario local Asahi.



La investigación se centra ahora en rastrear la actividad con la tarjeta de crédito de la víctima, después de comprobar cargos recientes de más de un millón de yenes (unos 7.200 euros).



La tarjeta habría sido utilizada en el aeropuerto de Haneda (Tokio) el pasado día 3 para adquirir un boleto con destino a Shanghai (China), afirmaron fuentes del caso, mientras que los medios locales apuntan que el pasaporte de la víctima fue usado por otra mujer para salir del país.



Justo antes de su desaparición, Okada dejó en su perfil de Facebook un comentario donde anunciaba que se iba a reunir con una "vieja amiga" a la que no había visto desde hace una década.