Un cura italiano fue denunciado por armar orgías y proxenetismo en su parroquia
Se trata de Andrea Contin, párroco en la ciudad italiana de Padua, que fue denunciado por su supuesta amante cuando intentó prostituirla. La policía además encontró vibradores, cadenas y películas pornográficas en la iglesia a su cargo.
El escándalo del párroco Andrea Contin, de 49 años, adquirió notoriedad internacional después de que una de sus amantes lo denunciara por proxenetismo.
"Teníamos relaciones sexuales en la parroquia a toda hora. Mañana, tarde y noche. Siempre había un montón de mujeres dando vueltas", reveló a fines de diciembre una mujer- que se presentó como una de las amantes de Contin- en su declaración policial.
Posteriormente, el párroco admitió: "Declaro que he conocido en la parroquia a cinco mujeres, con lo cual, después de un tiempo, mantuve una relación romántica que dio lugar a una relación sexual". Y agregó: "Sí, he tenido relaciones sexuales con cinco feligreses, a menudo en la rectoría. A veces, incluso, con los hombres de color".
Si bien las prácticas sexuales privadas y con consentimiento no pueden ser penadas- más allá del celibato impuesto por la Iglesia- la justicia se centró en la denuncia por proxenetismo que sí puede ser juzgada. Según la denunciante, Contin promocionaba a sus amantes en encuentros en la Costa Azul de Francia.
Además se hallaron diversos juguetes sexuales como fustas, vibradores y películas pornográficas en una habitación que tenía bajo llave y donde los guardaba en cajas con nombres de diferentes Papas.
El obispo de Padua, Claudio Cipolla, envió una carta abierta a la comunidad pidiendo perdón: "Se trata de una herida dolorosa para nuestra Iglesia y sociedad", Y agregó: "Este mal, que hace tanto ruido, no me impide recordar y de ver tantos sacerdotes y diáconos que han sacrificado la vida en la coherencia, con humildad y fidelidad".
Giovanni Brusegan, pasó a ser el nuevo administrador parroquial de San Lázaro ante la expulsión de Contin, quien viajó a Croacia tras revelarse el escándalo. "He encontrado una comunidad que, a pesar de todo, está viva. Ciertamente, herida y desconcertada. Debe hacer las cuentas con una gran contradicción", reflexionó Brusegan.