Rusia y la ONU negocian la apertura de corredores humanitarios en Alepo
La comida está agotada, las balas y las bombas son una constante y miles de civiles están atrapados en una guerra civil que parece no tener fin. Temen que la ciudad se convierta en una "gran fosa común".
Después de que en menos de 24 horas ocurriera la muerte de varias decenas de civiles, la mayoría de ellos niños y mujeres, que fallecieron a causa de disparos mientras intentaban escapar de la ciudad siria de Alepo; la tensión entre las organizaciones de derechos humanos y el Gobierno de Bashar al-Ásad sigue creciendo. Rusia, aliado de éste último, propuso volver a los "corredores humanitarios".
Desde el Kremlin se propuso ante la ONU abrir cuatro pasos protegidos para hacer llegar ayuda a 200.000 asediados en el este de Alepo; una propuesta que existió con anterioridad aunque también fue violada de manera sistemática con ataques que incluyeron a convoys con ayuda humanitaria.
“Probablemente no hay gente que esté más en peligro en todo el mundo que estos civiles”, alertó Jan Egeland, coordinador de Naciones Unidas. El mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, volvió a insistir con que una “pausa” en las hostilidades sigue siendo su prioridad.
Tras el desmoronamiento del frente rebelde en el noreste de la ciudad, el subsecretario general de la ONU responsable de ayuda humanitaria, Stephen O’Brien exclamó que Alepo puede convertirse en "una gran fosa común"