Revés para Hollande y victoria para la extrema derecha
La derecha se convirtió hoy en mayoritaria en el Senado francés después de vencer en las elecciones. Además, por primera vez entró a la cámara el ultraderechista Frente Nacional (FN).
Con los resultados parciales conocidos a las 18 locales, la derecha había ganado 16 escaños a la izquierda, y esa tendencia debía consolidarse conforme se fueran publicando las cifras de los departamentos con sistema proporcional todavía por escrutar.
El primer secretario del Partido Socialista, Jean-Christophe Cambadelis, dijo a la prensa que, a falta de datos definitivos, su formación perdía una veintena de escaños, pero al mismo tiempo había ganado otros cuatro. "Temía que todo fuera más duro, más grave", comentó Cambadelis, antes de reconocer que temía "que la derrota fuera mucho más franca, más dura".
Del gran partido de la derecha, la Unión por una Mayoría Popular (UPM), saldrá con toda probabilidad el nuevo presidente del Senado, que será elegido el próximo miércoles. Quien ocupe ese cargo será el primero en la línea sucesoria en caso de renuncia o muerte del presidente. Los candidatos declarados de la UPM para el puesto son el exprimer ministro Jean-Pierre Raffarin, el exministro Gérard Larcher y Philippe Marini.
Los dos nuevos senadores del FN son Stéphane Ravier, por el departamento que tiene como capital Marsella, y David Rachline, en el ente vecino que tiene como centro Tolón. La extrema derecha ya había obtenido buenos resultados en Francia en las elecciones comunales y europeas.
La presidenta del partido, Marine Le Pen, opinó que su partido había tenido unos "resultados espectaculares" que "se va a insuflar aire fresco en esa cámara un poco dormida" y que se discutirá sobre cuestiones como "las fronteras, la inmigración, la inseguridad o la Unión Europea".
El resultado final está directamente vinculado al mapa político que salió de las elecciones municipales del pasado mes de marzo, que constituyeron una severa sanción para el Gobierno socialista y dieron el triunfo a la derecha.
El cambio de poder hacia la derecha en el Senado, de todas maneras, no puede impedir que se aprueben controvertidos proyectos de ley del gobierno de Hollande. Cuando la primera y la segunda cámara del Parlamento no consiguen un acuerdo, decide la Asamblea Nacional, dominada por los socialistas.