México arrasado por la violencia narco, récord de asesinatos, espionaje y corrupción
El grado de violencia en México alcanzó su pico más alto en los últimos 20 años y parece no tener límite. Con un gobierno desgastado, Enrique Peña Nieto debe resolver frentes internos, donde el narcotráfico es clave, y externos como la emigración y muro con Estados Unidos.
Estudiantes asesinados, fosas comunes, deportaciones, sicarios, justicia por mano propia, espionaje y muerte de periodistas, falta de libertades, carteles de droga que se disputan el poder ante la acefalía, cuerpos que caen desde avionetas sobre poblados, secuestros- que ahora llegaron también a los centros turísticos-, persecuciones a militantes de derechos humanos: esas son algunas de las noticias que ponen a México en la tapa de los medios internacionales.
El Sistema de Seguridad Pública de ese país difundió cifras escalofriantes en las que se indica que tan solo en 2017 ya se registraron 9.916 homicidios - tan solo en mayo pasado hubo 2.186 muertes violentas- "lo que lo posiciona como el mes más violento desde que se tienen registros".
Recientemente el Informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) destacó que México es el segundo país con más muertes ocurridas en 2016. Mientras que el primero es Siria- que atraviesa una guerra - con 50 mil víctimas, le sigue el país azteca con 23 mil. Las cifras fueron desmentidas por el Gobierno mexicano.
Por otro lado, México ostenta el triste récord de ser uno de los países más peligrosos para la prensa no solo por los asesinatos sino también por el espionaje y cierre de medios de comunicación.
El narcotráfico vive un nuevo descontrol ante la salida- y polémica extradición de El Chapo Guzmán a Estados Unidos- en el que diversos grupos se disputan el botín de redes y caminos de droga siendo los estados más comprometidos son Guerrero, Colima, Sinaloa y Baja California.
Enrique Peña Nieto, que gobierna México desde 2012, se enfrenta a diversas tensiones sociales, políticas- como la presión del Congreso para que se pronuncie sobre el espionaje a periodistas- e internacionales, después de las idas y vueltas con Donald Trump- la polémica visita relámpago del republicano- y el famoso muro. Falta de accionar gubernamental, corrupción y un Estado debilitado son el suelo sobre el que la violencia pisa cada vez más fuerte sobre la vida de 127 millones de mexicanos.
Algunos de los principales conflictos
*Narcotráfico
Fue en enero de 2016 cuando los carteles de droga en México ingresaron en un nuevo estadio tras la detención definitiva de Joaquín Guzmán Loera, conocido como "El Chapo", el mayor narcotraficante del mundo, "El Chapo" había logrado escaparse de una cárcel de máxima seguridad, otra vez, y se había convertido en una pesada sombra para Enrique Peña Nieto que celebró eufórico su detención.
Sin embargo, tras la tensión y polémica por la extradición de "El Chapo" a Estados Unidos, se inició una nueva guerra entre los carteles para tomar el control del imperio construido por Guzmán. Fue en el estado de Sinaloa donde se registró un incremento de la violencia aunque también se replicó en Guerrero- siendo uno de los puntos más altos del conflicto la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa- y recientemente las autoridades lograron detener a Ignacio Rentería Andrade, alias "el Cenizo" en el estado de Michoacán, fundador del cartel de la Familia de Michoacán, y líder de su escisión, los autodenominados Caballeros Templarios.
*Desprotección por parte del Estado
En noviembre de 2014 la desaparición de 43 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa, en Guerrero, abrió una herida más en la sociedad mexicana que terminó de infectarse cuando se comprobó que los jóvenes habían sido asfixiados y quemados vivos por sicarios que los arrojaron a una fosa común.
¿Por qué? es una pregunta que todavía se hacen los familiares y ciudadanos ante un Estado que parece no tener la respuesta. El pasado 10 de mayo, la activista Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez fue acribillada en su casa por sicarios y sin haber recibido la protección que había pedido en reiteradas ocasiones. Rodríguez se convirtió en una luchadora por los derechos humanos tras el secuestro y asesinato de su hija en 2012.
Pero la desprotección- a pesar de la presencia del Ejército en numerosos estados- se siente en las calles con jueces que son asesinados cuando salen de sus casas y periodistas acribillados que obligan a cerrar medios.
Después de 27 años en circulación, el diario Norte de Ciudad Juárez, en el estado mexicano de Chihuahua decidió poner fin a su publicación tras el asesinato de una de sus periodistas que investigaba sobre narcotráfico.
"Ningún negocio vale la pena si una persona pierde la vida… Hay un momento en la vida de un hombre en la que tiene que dejar clara su inconformidad, su protesta. Es una manera de protesta, de decir hasta aquí, si no tenemos las garantías que merecemos… Es que ya estoy cansando", exclamó Oscar Cantú, director del medio.
*Espionaje y corrupción
Además de la desprotección ante la violencia del narcotráfico, ahora los civiles también se sienten espiados por el propio gobierno.
The New York Times publicó cómo periodistas, opositores y activistas son espiados por la administración de Peña Nieta a partir de un sistema de intervención de comunicaciones en todo el país, contratado a una empresa italiana mediante el director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y de la Procuraduría General de la República (PGR), Tomás Zerón de Lucio. Al mismo tiempo, desde el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), a cargo de Eugenio Ímaz, se desarrolló una plataforma para atacar a opositores.
Otro de los puntos de conflicto que daña permanentemente la imagen internacional de México- y que afecta su economía- es la nueva generación de Gobernadores corruptos que pueden encontrarse. Auditados, prófugos, estafadores, presos, no faltan ejemplos entre los políticos de diversos Estados.
Recientemente el priista Andrés Granier, ex gobernador de Tabasco,presumió en una noche de tragos que entre sus pertenencias "tenía 1.000 camisas, 400 pares de zapatos, 300 trajes de lujosas marcas y 400 pantalones".
“Las décadas de impunidad han generado un nivel de descaro y de ridiculez que nunca hemos visto en México”, aseguró Max Kaiser, director Anticorrupción en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), una organización de investigación.
La impunidad y la doble vara en la justicia no contribuyen a parar la escalada de violencia que hace de México un polvorín listo para explotar.