El zoológico de Thoiry, en Francia, amaneció con una noticia que convulsionó a la comunidad internacional; un rinoceronte llamado Vince fue muerto a tiros por cazadores furtivos que eludieron la vigilancia y entraron por la noche a su recinto. 

Los asesinos lograron cortarle un cuerno, que en el mercado negro se llega a vender por 51.000 euros el kilo. El animal muerto había nacido en Países Bajos en el zoo de Arnhem hace cuatro años, y fue llevado a Francia en marzo de 2015.

Era un rinoceronte blanco del sur, una especie en peligro de extinción desde el siglo XIX y de la cual solo quedan entre 20 y 25 ejemplares en estado salvaje. 

Las autoridades del parque ya presentaron la denuncia para que se lleve a cabo una investigación sobre el caso que no registra precedentes en zoológicos europeos.