Londres y Moscú enfrentados: la muerte de un espía, el Mundial, crisis diplomática y ultimátum
El envenenamiento del doble agente, Serguei Skripal, ocurrido el pasado 4 de marzo desencadenó una crisis enorme entre el Reino Unido y Rusia a la que se siguen sumando diversas potencias y recuerda a la Guerra Fría.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se gestó un conflicto "silencioso"- pero no por ello menos violento- que se dio a conocer como la Guerra Fría (1947-1991) y que ¿terminó? con la disolución de la Unión Soviética. Sin embargo, las tensiones- en especial desde que Vladimir Putin está en el poder- entre Rusia y Occidente no han cesado.
¿Cuál fue el disparador de esta nueva y enorme crisis diplomática?
Tal vez ahora Donald Trump pueda respirar con cierto alivio, después de haberse visto acosado por la llamada "trama rusa" que investiga el posible hackeo de las elecciones presidenciales- con noticias falsas- que lo llevaron a la presidencia de Estados Unidos "con la ayuda del Kremlin", ya que las tensiones con Rusia se desplazaron a territorio europeo.
El pasado 4 de marzo, el doble agente ruso/británico Serguei Skripal de 66 años fue envenenado intencionalmente junto a su hija Yuria, de 33 años, y ambos fueron hallados en estado de inconsciencia en un banco de un concurrido centro comercial 'The Malting' en Salisbury, Inglaterra.
La policía antiterrorista británica confirmó que Skripa y su hija fueron envenenados con un agente nervioso con ánimos de provocarles la muerte.
¿Cómo llegó el veneno ruso a Inglaterra?
Las investigaciones preliminares, indican que se estima que la hija de Skripal- que había viajado desde Rusia la semana previa al envenenamiento- trajo consigo "regalos de amigos" que pudieron haber transportado el agente tóxico conocido como "Novichok".
Este veneno fue desarrollado por los soviéticos desde la década del setenta y puede ser transportado en forma de polvo y es incluso más potente que el gas sarín a la hora de bloquear los impulsos nerviosos.
Sin embargo, desde el Kremlin niegan que existan pruebas de la utilización de ese tóxico e incluso subrayan que tanto el espía como su hija estuvieron paseando y almorzando en el centro comercial antes de caer inconscientes.
El ultimátum
Ante este atentado en territorio británico, y con la certeza de que los rusos eran los únicos fabricantes del "Novichok", la primera ministra Theresa May le dio un plazo hasta el pasado miércoles a Rusia para explicar lo ocurrido, algo que no ocurrió y generó la inmediata aplicación de sanciones.
Diplomacia afectada y el Mundial
May comenzó con la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la suspensión de contactos bilaterales con Moscú, incluyendo una visita prevista del ministro de Exteriores ruso Serguei Lavrov y toda representación diplomática británica en el Mundial de fútbol Rusia-2018.
Incluso diversos medios sensacionalistas británicos coquetaron con la idea de que Inglaterra se abstenga de participar del Mundial que se inicia el próximo 14 de junio en Rusia.
Los 23 diplomáticos expulsados- de los 59 presentes- son considerados por Londres como "agentes de inteligencia no declarados", tienen una semana para irse.
La devolución rusa
El canciller ruso Serguei Lavrov consideró que la decisión de May "es absolutamente inaceptable e indigna" y que deberán atenerse a las consecuencias.
Incluso desde los medios rusos destacan que en realidad se trata de una operación británica para desprestigiar y "demonizar" a Rusia, especialmente ahora que está en el foco del mundo con el nuevo mundial y las próximas elecciones presidenciales.
¿Una nueva cortina de hierro?
Ya son varias las potencias que empiezan a sumarse al reclamo de Theresa May. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, afirmó que su gobierno "comparte la opinión" de Gran Bretaña sobre la responsabilidad de Rusia en el envenenamiento; también se sumó Angela Merkel y como si fuera poco, Donald Trump habló del tema en el día de hoy.
"Parece que los rusos estuvieron detrás del envenenamiento del exespía en el Reino Unido", comentó el mandatario estadounidense durante un encuentro con el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar.