En el Valle Central de California, viven Darcy y Kate: dos religiosas que dejaron su fe católica de lado, y se avocaron a producir medicinas que alivien las dolencias de personas que sufren el cáncer, el autismo o Parkinson. Aunque llevan los hábitos sobre sus cabezas, en realidad aseguran que son anárquicas.

Las hermanas tienen una conexión sagrada con la Tierra, la Luna y la naturaleza y basan el poder de sus productos en esa relación. Siguen un código de vida espiritual en sus actividades personales como en la parte laboral. Son estrictamente veganas y célibes, durante las dos semanas que separan la Luna nueva de la Luna llena. "Hay meditación, sanación, tenemos el corazón y el alma puestos en la elaboración de un producto que cura", explica Darcy, de 24 años, que llegó hace pocos meses pero se adaptó rápidamente.

A Kate de 55 años, no le pesan las críticas: "No me importa que me llamen monja de mentira, la religión ha hecho mucho daño a las personas", declaró dando a entender que se sintió defraudada en un momento dado de su carrera. Kate llegó a California en 2008, tras vivir 10 años en Holanda, y cultivó marihuana junto a una cooperativa que cerró en 2013.

"Tuve mucho contacto con personas moribundas que me pedían ayuda. Querían que los enseñara a fumar con pipa ya que no tenían más hígado para asimilar antibióticos, o eran enfermos de Parkinson y necesitaban ayuda para controlar los espasmos", recordó su experiencia en declaraciones a BBC.

Desde entonces, Kate adoptó este trabajo con los efectos medicinales de la marihuana para elaborar productos con fines curativos, sobre todo haciendo hincapié en crear un marco para empoderar a las mujeres y volver a recuperar la sabiduría de las comunidades nativas.

Entre los productos que ofrecen en su sitio web, están el aceite de coco y una pomada que fue perfeccionada según los resultados exhibidos por los clientes. Todo se distribuye por correo postal: "Comencé con una línea de productos con los que hice una prueba de mercado. Los mandaba a peluquerías, donde los empleados suelen tener muchas molestias en las manos. Busqué el consejo de médicos, indígenas y herbalistas. De aquello salieron tres ingredientes comunes. Me deshice de algunos de los demás componentes, de otros modifiqué las cantidades. Ahora, esta crema que mandamos a todos los rincones del mundo tiene facultades que, según nos dicen, son increíbles", describió Kate todo el trabajo de desarrollo.

Sus productos no contienen tetrahidrocannabinol (THC) el principal constituyente psicoactivo del cannabis, responsable de las alucinaciones.