"Más idiotas que los corsos", así editorializa el semanario francés Charlie Hebdo a los catalanes en relación a sus intenciones de independencia del resto de España. 

En la portada de la publicación- que se hizo mundialmente conocida después de sufrir un ataque terrorista por burlarse del profeta Mahoma en 2015- puede verse a unas figuras encapuchas, armadas y con actitud amenazante indicando: "¡Exigimos un debate!"

En la mesa puede verse el símbolo corso, una escenografía que recuerda a las de los movimientos terroristas que reivindican la secesión de la isla francesa, como el Frente Nacional de Liberación de Córcega.

"Cataluña reclama la independencia porque no quiere seguir pagando a otras regiones de España menos ricas que ella (...) La lengua, la cultura, las tradiciones están bien para las postales, pero el dinero está mejor", plantea el editorial de este número. 

El semanario asegura que "si todas las regiones de Europa que poseen una lengua, una historia y una cultura originales empezaran a reclamar la independencia el viejo continente se haría pedazos", y plantea que, con las 200 lenguas que hay en el viejo continente, "¿por qué no proclamar tantas declaraciones de independencia como vinos y quesos hay en Europa?".

E ironizan: "Como Franco ya no está tenían que encontrar un tirano al que atacar. Fue el Estado español y, claro está, la peor dictadura nunca conocida: la Unión Europea, que tiene su sede en Bruselas" para subrayar que una independencia solo es legítima "cuando supone la liberación contra la tiranía y la opresión".

La revista además encuadra  la "obsesión identitaria que se extiende por Europa" y que se traduce en un "nacionalismo de derechas y de izquierdas que tienen un punto en común: el nacionalismo".

Por último recrea un posible escenario en caso de que tenga lugar efectivamente la independencia en la que: "los orgullosos independentistas desfilarían por las calles de Barcelona tomándose por la columna Durruti, las jóvenes lanzarían pétalos de rosas a los militantes que desafiaron valerosamente al Estado policial español y coros de niños con el pelo rizado cantarían a la libertad reencontrada, el euro enterrado".

"Y luego, por la noche, todo el mundo volvería a sus casas a sentarse ante la televisión para ver 'La ruleta de la fortuna' y el Barça en cuartos de final de la Copa de la Liga. Cataluña se lo habría merecido", concluye de manera lapidaria.