Felipe VI asumió como nuevo rey de España
El monarca dio su primer discurso, donde aseguró que aspira a “una monarquía renovada para un tiempo nuevo”, y expresó: "Inicio mi reinado con una profunda emoción"
El monarca recibió de su padre Juan Carlos el fajín de capitán general en el salón de audiencias del Palacio de La Zarzuela, en Madrid. Luego se dirigió hacia el Congreso de los Diputados.
Una vez en el Congreso, Felipe VI dio su primer discurso como rey, donde expuso los lineamientos de su reinado.
Felipe garantizó que sabrá hacer honor a su juramento a la Constitución, que será un jefe del Estado "leal y dispuesto a escuchar, a comprender, a advertir y a aconsejar” y abogó por potenciar los lazos que unen a España con Iberoamérica.
El nuevo monarca recalcó en su discurso que para que la Corona sepa ganarse continuamente el respeto y la confianza de los ciudadanos, y se haga acreedora de "autoridad moral" debe "velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente", consignó la agencia EFE.
El rey expresó su solidaridad con quienes se han visto "heridos en su dignidad" por la crisis económica y destacó que siente el "deber moral" de trabajar para revertir esta situación.
"Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren y la ejemplaridad presida nuestra vida pública. Y el rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de los ciudadanos", afirmó.
Luego abogó expresamente por potenciar los lazos que unen el país con Iberoamérica: "Nos unen la historia y lazos muy intensos de afecto y hermandad", dijo, y subrayó que "en las últimas décadas también nos unen intereses económicos crecientes y visiones cada vez más cercanas sobre lo global".
Sobre todo "nos une nuestra lengua y nuestra cultura compartidas", que el monarca consideró "un activo de un inmenso valor que debemos potenciar con determinación y generosidad”, dijo.
El miércoles, a las 18:15 (hora española) el rey Juan Carlos firmó la ley orgánica que hizo efectiva su abdicación al final del día. De esta manera, le cedió el trono a su hijo, Felipe VI, que se convirtió en el nuevo rey de España.