El segundo debate presidencial en Estados Unidos, cuyas elecciones tendrán lugar el próximo 8 de noviembre,  aconteció en San Luis (Misuri) y Donald Trump aseguró que en caso de ganar instruirá a la justicia para que nombre a un fiscal especial para investigar los correos electrónicos privados que Clinton envió cuando era secretaria de Estado, entre 2009 y 2013.

Clinton, que siempre trata de manejar con cuidado ese sensible tema, le retrucó que él  no estaría al cargo de la ley, a lo que Trump aseguró:  “Porque estarías encarcelada”. 

Otro de los temas candentes del debate fueron las menciones al vídeo en el que Trump señala que puede hacerle "lo que quiera" a las mujeres; el candidato trató de esquivar el tema y cuando se vio acorralado optó por hablar de las infidelidades de Bill Clinton y "la complicidad" de Hillary. 

A diferencia del primer debate en el que Trump se mostró relativamente más medido con el nivel de agresiones, en esta última noche esa retórica dejó paso a su posición más recalcitrante que puede afectar su proyecto de captar un voto más moderado. 

"Cuando ellos se rebajan, nosotros nos elevamos”, exclamó Hillary Clinton- citando a la primera dama Michelle Obama- para referirse al show que montó el republicano ante la prensa al llevar a cuatro mujeres que acusan a  los Clinton de abusos en distintos grados.

Trump y Clinton no se dieron la mano al llegar al escenario lo que marca el nivel de tensiones que manejan ambos candidatos. El próximo y último debate se celebrará en Las Vegas (Nevada) el 19 de octubre aunque Trump todavía debe enfrentar una gran batalla al interior de su partido que ya comenzó a mover las fichas para mantener sus bancadas en caso de que su forzado candidato pierda.