Causan consternación en Francia las declaraciones de corte racista de un alcalde, que calificó de “un problema” el número de alumnos musulmanes en una clase de la escuela de Béziers, localidad ubicada al sur del país.

Conocido por su hostilidad a la inmigración, Robert Ménard declaró a la cadena de información LCI que "ser francés es también (...) ser europeo, blanco y católico, desde luego", luego de calificar como “un problema” la cantidad de alumnos musulmanes en una clase escolar.

Al referirse a la clase con un "91 por ciento de alumnos musulmanes", Ménard dijo: "Evidentemente es un problema, hay umbrales de tolerancia".

No contento con esas repudiables declaraciones, usó su cuenta de Twitter para ratificar sus dichos: "Los franceses son mayoritariamente blancos y de tradición católica. Sin excluir a nadie, espero que sea todavía el caso en el futuro…"