El presidente de Filipinas órdenó matar a los "idiotas" que se resistan a un arresto
Rodrigo Duterte, cuestionado por organizaciones de Derechos Humanos por su polémica forma de gobernar, ahora autorizó al cuerpo policial a hacer justicia por mano propia si lo considera conveniente.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, instó a los policías a matar a los “idiotas” que se resisten de manera violenta a ser detenidos, en el marco de su polémica campaña antidroga en ese país.
”Su deber los obliga a vencer la resistencia de las personas que arrestan (...) (si) se resiste y es de forma violenta (...) son libres de matar a ese idiota, esa es mi orden”, aseguró Duterte durante un discurso en el Cementerio de los Héroes, retransmitido por el canal RTVM.
La guerra contra el narcotráfico propuesta por Duterte lleva acumuladas muertes que fueron denunciadas por organismos de derechos humanos por la falta de juicio previo. En el mes de agosto, en tan solo cuatro días, se contabilizaron 70 asesinatos en distritos de la capital.
Uno de los casos resonantes fue el de Kyan Delos Santos, de 17 años, quien fue abatido a manos de cuatro policías, que han sido suspendidos y contra los que la fiscalía prevé presentar cargos de asesinato, a pesar de los dichos del presidente.
Gatillo fácil
En el caso de Kyan Delos Santos, la policía señaló que el adolescente fue muerto cuando intentaba escapar de los uniformados en Caloocan, uno de los municipios que forman Metro Manila.
Sin embargo, la autopsia reveló que el menor murió de un disparo cuando tenía la cara contra el suelo. Esto fue confirmado por las cámaras de seguridad de la vía pública que mostraron cómo instantes antes los agentes arrastraban al joven. El funeral multitudinario del adolescente- y en rechazo a la violencia policial- llevó a que Duterte decidiera reunirse con los padres de Kyan que aseguran que el joven no estaba en el narcotráfico.
La campaña antidroga de Duterte comenzó el mismo día de su investidura, el 30 de junio de 2016, y arroja un saldo- desde entonces- de más de 7.000 muertos.