El perro de la enfermera con Ébola divide a la sociedad española
El lunes pasado, tomaba estado público que la enfermera que cuidaba al misionero español Manuel García Viejo, fallecido el 25 de septiembre, se había contagiado con el virus del Ébola. Ahora quieren sacrificar a su perro.
La enfermera Teresa Romero Ramos fue internada inmediatamente en el hospital madrileño Carlos III, donde se centran todas las investigaciones sobre un posible brote en territorio español, lo que también causa alarma en la comunidad europea.
Pero ahora se sumó una nueva polémica entre la ciudadanía española: el sacrificio del perro de la enfermera, según ordenaron las autoridades sanitarias del país.
Se trata de Excalibur, el perro de 12 años perteneciente a la enfermera infectada por Ébola que también podría estar infectado, razón por la cual las autoridades de la capital española ordenaron sacrificarlo para evitar la propagación de la enfermedad, logrando para ella la autorización de un juez.
Pero el esposo de la enfermera y también dueño del perro, quien además integra una organización defensora de los derechos animales, planteó su oposición a la medida, logrando la adhesión de miles de ciudadanos madrileños e incluyendo una movilización de varios centenares de personas que reclamaron la vida del animal.
"Me llama Zarco [Julio Zarco, director general de Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid] y me dice que hay que sacrificar al perro sí o sí, que si le doy mi autorización. Y le he dicho: 'Mi autorización no la tienes'", dijo Javier Linón Romero, esposo de la enfermera infectada.
Aunque expertos internacionales advirtieron que no hace falta sacrificar al perro sino mantenerlo en observación para monitorear su evolución, la sociedad española parece estar presa del pánico ante el avance del virus y las autoridades pretenden actuar en consecuencia.
El presidente del Consejo General de Veterinaria de Madrid, Juan José Badiola, aseguró que hasta el momento no hay ningún estudio que haya demostrado que el virus se pueda contagiar de seres humanos a perros o viceversa, pero la sensación de terror que consume a la sociedad española –parecido a la de los 80, cuando la irrupción del VIH– cobra potencia cotidianamente.
Hasta el momento, son dos los casos confirmados de Ébola en territorio ibérico, y 55 las personas que están bajo observación.