La embajada de Estados Unidos en Montevideo planteó su temor ante una eventual infiltración de las redes narcotraficantes en el mercado legal uruguayo, luego de que el país regulara el consumo de marihuana.

Parece increíble pero, al mismo tiempo que se hacía este reclamo desde suelo charrúa, el gobierno de Evo Morales realizaba una importante denuncia contra las fuerzas de seguridad y el gobierno estadounidense.

El ministro del Interior boliviano, Carlos Romero, aseguró que el estadounidense Jacob Ostreicher, que se encontraba detenido en Santa Cruz con arresto domiciliario, huyó de Bolivia gracias a la participación del gobierno de Washington en un operativo en el que se simuló un secuestro.

Según Romero, "Ostreicher salió del país producto de un operativo ejecutado por el gobierno de Estados Unidos" y brindó sus argumentos para realizar semejante acusación.

El lunes, la noticia de la fuga fue divulgada por la página The Lakewood Scoop (TLS). “Mi padre está en los Estados Unidos. Él fue secuestrado en Bolivia y se pidió un rescate por su liberación. El dinero fue pagado y Jacob fue liberado en Estados Unidos”, citó la web con la declaración de uno de los hijos de Ostreicher.

El último reporte sobre el estadounidense en Bolivia señala que el 13 de diciembre viajó de Santa Cruz a La Paz, desde donde se trasladó a Perú, mientras que el 15 voló a Estados Unidos, donde llegó al día siguiente.

"Perú autorizó la salida de Ostreicher a EEUU sin registrar ingreso legal", apuntó, y admitió que, mientras el fugitivo estuvo en Bolivia, hubo "vigilancia relajada" de parte de la policía, lo que facilitó la fuga.

La portavoz alterna del Departamento de Estado, Marie Harf, confirmó el martes oficialmente que el ciudadano norteamericano llegó el lunes a EEUU tras huir de Bolivia.

Ostreicher permaneció 18 meses en la cárcel pública de Santa Cruz por presunta legitimación de ganancias ilícitas y vínculos con el narcotráfico. Por gestión de la comunidad judía, de congresistas de EEUU y del actor Sean Penn fue liberado en diciembre del año pasado, pero un juez ordenó su arresto domiciliario.

El estadounidense había denunciado, paradójicamente, el año pasado una red de corrupción en los altos niveles del gobierno boliviano.