El gobierno de Dilma Rousseff libera mosquitos genéticamente modificados
El gobierno brasileño autorizó el uso de mosquitos transgénicos que no pueden engendrar crías viables para combatir al dengue, que el año pasado causó cientos de muertes en el país.
El gobierno de Dilma Rousseff acaba de aprobar la liberación de mosquitos genéticamente modificados, para combatir así al dengue que causó estragos en el país.
Esto significa un paso importante para la lucha contra la enfermedad que tuvieron que padecer más de un millón y medio de brasileños durante 2013, y que causó más de 500 muertes.
A través de la manipulación genética de este insecto, los machos podrán procrear crías que morirán antes de su fase adulta, intentando así extinguir esta especie dañina para el ser humano.
El 10 de abril, la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio), dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, autorizó la comercialización de la variante macho OX513A (nombre al que se denomina al "nuevo" insecto).
Luego de algunas pruebas que se realizaron en la localidad de Juazeiro, Bahía, el gobierno de Brasil empleó a la firma británica, Oxitec, para que ponga en marcha la producción masiva de esta nueva especie modificada.
Los machos liberados sobreviven de dos a cuatro días: lo que se busca es que crezca la población para después caer exponencialmente, ya que solo las hembras tienen la capacidad de transmitir la enfermedad.
"Como científica no puedo afirmar que el riesgo sea cero, de la misma manera que una vacuna tampoco tiene una eficacia del 100%. Lo que sí puedo decir es que el proyecto funciona y que el potencial de este insecto genéticamente modificado es muy bueno", explicó la bióloga molecular especializada en mosquitos e investigadora del proyecto Margareth Capurro.
Según dio a conocer el ministerio de Sanidad, 321 ciudades de Brasil están en estado de riesgo, mientras que 725 se encuentran en alerta ante una posible epidemia. Estos números se dificultan a partir de marzo cuando empiezan las lluvias fuertes en el país vecino.
Capurro asegura que la puesta en libertad del mosquito transgénico "no persigue la erradicación de la especie, sino la reducción de su población a niveles que minimicen la transmisión del dengue".