Todo el mundo sigue atento al rescate de Rayan, el chico de cinco años que estaba jugando cerca del hoyo en la ciudad de Tamrout, en el norte de Marruecos, cuando cayó a unos 32 metros de profundidad en una abertura estrecha. A partir de ese momento se inició una operación de rescate a cargo de la Dirección de Protección Civil.

A pesar de que Rayan sufrió una caída significativa, las imágenes de una cámara introducida en el pozo mostraron que el niño sigue vivo y consciente, con algunas heridas leves en la cabeza.

Los medios locales informaron que las autoridades provinciales están supervisando los intentos de rescate y que decenas de policías, fuerzas auxiliares, y miembros de la Gendarmería Real y de protección civil están participando en la operación.

Para garantizar la supervivencia del menor, los equipos de rescate bajaron una máscara de oxígeno, comida y agua. Un equipo médico también está en el lugar, listo para tratar al niño.

Los rescatistas intentan llegar al nene haciendo una excavación paralela a la boca del pozo en que cayó el pequeño, ya que los intentos que se hicieron con algunos voluntarios de físicos pequeños para descender a través del mismo hueco por donde había caído Rayan fallaron una y otra vez.

El nene se deslizó al fondo de ese pozo por su pequeña contextura, pero para los voluntarios bajar por ese mismo lugar resultó imposible: no hay espacio suficiente como para llegar hasta el fondo.