La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, desestimó la posibilidad de legalizar la marihuana en su país, en los términos en que fue aprobada en Uruguay. Elogió a su par José Mujica, pero consideró que el mandatario charrúa responde a condiciones diferentes.

La mandataria consideró, en un encuentro con corresponsales de medios extranjeros, que en Brasil “no cabe la legalización de la marihuana", porque, según señaló, se trata de un país donde existe el crimen organizado y las principales drogas son el crack y la cocaína.

"En Brasil la pauta no es la legalización, sino el combate, ayudar en el tratamiento de adictos y la prevención", sostuvo Dilma, y agregó: "nuestra función es controlar armas y drogas en la frontera”.

Por su parte, Rousseff elogió al que consideró su amigo, el presidente de Uruguay, José Mujica, de quien dijo "está por delante de su tiempo". Al respecto de la legalización, consideró que el mandatario charrúa responde a las condiciones de su país, que cree muy diferentes a las de Brasil.