El exarzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio fue votado y transformado en el líder de la Iglesia Católica en marzo de 2013 y se convirtió, bajo el nombre de Francisco, en el Papa número 266. 

Con la llegada de Francisco al Vaticano se remarcó constantemente su origen tercermundista y latinoamericano y se mencionaron "nuevos vientos" para una institución religiosa anquilosada ante las sociedades contemporáneas que sin desmerecer la fe buscan más derechos e igualdades bajo la ley. 

Cuando Francisco se asomó en la colmada Plaza de San Pedro el 13 de marzo de 2013 sus primeras palabras fueron un saludo afectuoso y bromeó con que "venía del fin del mundo" además de pedir que el pueblo ore por él. Ese espíritu de inclusión y de abrirse al mundo es el que decidió mantener a la hora de elegir sus giras por fuera del continente Europeo y los centros de poder. 

África y América son los ejes centrales para el Vaticano que ha visto reducido su número de fieles y poder frente a otras religiones y el estado de derecho. El paso de Francisco por Bolivia, Ecuador, Brasil, Paraguay, Estados Unidos, Cuba, México y ahora la visita programada para Perú y Chile- con la posible inclusión de Colombia en 2017- son algunos de los puntos elegidos. 

Sin embargo, el Papa sigue sin venir a Argentina. En septiembre de 2016, el Sumo Pontífice publicó un vídeo en el canal de YouTube del Vaticano en el que dio algunas explicaciones sobre por qué no volvió a su país ahora que es el líder de la Iglesia católica. 

En el mismo Francisco consideró que  la Argentina es un país que tiene "todo", un país "rico", pero en su mensaje afirmó que "la riqueza más grande que tiene nuestra Patria es el pueblo, ese pueblo que sabe ser solidario, que sabe caminar uno junto a otro, que sabe ayudarse, que sabe respetarse".

"Ustedes no saben cuánto me gustaría volver a verlos. Y tampoco podré hacerlo el año próximo porque ya están compromisos fijados para Asia, África, y el mundo es más grande que Argentina", afirmó el Papa previo a encontrarse, en octubre de 2016, con Mauricio Macri en la víspera de la canonización en el Vaticano del sacerdote José Gabriel Brochero (1840-1914), conocido como el "cura gaucho". 

Pero ¿por qué la Argentina no es un destino para el Papa? 

El factor político

"¿Sabe cómo se suicida un argentino?, se sube arriba de su ego y de ahí se tira abajo", bromeó Francisco en una entrevista concedida a Univisión en 2015 y que hace pensar en sus palabras sobre que "el mundo es más grande que la Argentina" a la hora de establecerla como lugar de visita. 

Pero ¿se trata de egos? Lo cierto es que el Papa sigue bordeando nuestro territorio pero sin pisarlo oficialmente. La figura de Bergoglio, como Arzobispo de Buenos Aires, había tenido encuentros y desencuentros con el poder político nacional. Su rol en la dictadura, el conflicto con el campo, la pobreza y la legislación sobre el matrimonio igualitario además de ciertos desacuerdos sobre la gestión lo habían separado del poder gobernante de ese entonces, el kirchnerismo. Incluso Cristina Kirchner fue crítica con Bergoglio aunque las diferencias pasaron a ser menos notorias tras la elección de él como Papa. 

Cristina Fernández de Kirchner y el Papa en Paraguay, 2015

El nuevo acercamiento político entre el Papa y Cristina Fernández de Kirchner fue motivo de rencillas locales y "ser recibido" por el Papa pasó a ser más un gesto político que de fe para la clase política argentina. 

Otro dato no menor es que 2017 es un año electoral en nuestro país y como afirmó recientemente el expresidente Eduardo Duhalde- en coincidencia con analistas y periodistas- en diálogo con Radio Provincia es que el Papa quiere que "no lo tironeen de un lado para el otro" ya que "acá las elecciones son riñas y no hemos aprendido que no deben serlo".

Mauricio Macri y el Papa en el Vaticano, 2016

Otro de los factores que se mencionó es que Francisco no tendría una buena relación con el actual presidente Mauricio Macri, sin embargo Marcelo Sánchez Sorondo, colaborador del Papa, negó que no visite nuestro país por ese motivo. 

"Es un escándalo que no apoyen al Papa. Siento que en la Argentina siempre interpreten las cosas de un modo provincial. Hay una especie de egocentrismo por el que uno ve el árbol, pero no el monte. Es una falta de horizonte que realmente espanta.", planteó Sánchez Orondo ante las críticas de algunos políticos- como Elisa Carrió- hacia el Papa cuando recibió a jueces argentinos en el Vaticano. 

El titular de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan Grabois, descartó- en diálogo con la Red-  que Francisco retrase una visita al país por cuestiones políticas. Y planteó que "Puede llegar a tener más que ver con algunas situaciones de la iglesia argentina que por la relación con el Gobierno".

Otro de los temas que gravitó en relación al Papa y la cuestión política fue su relación con los derechos humanos en especial cuando se conoció que recibiría a Hebe de Bonafini, cuestionada por algunos sectores sociales. 

Lo cierto es que la figura de Francisco tiene un peso positivo e influyente para el arco político argentino y el Vaticano no está dispuesto a caer en la tentación de convertir a la Iglesia en un afiliado nacional. 

El factor atentado

"Mi gran penitencia son los viajes, no me gusta viajar. Es mi gran neurosis, había dicho Francisco en la misma entrevista concedida a Univisón en 2015 y destacó que tenía el pálpito que "El Señor me pone para una cosa breve". 

Lo cierto es que la seguridad del Sumo Pontífice sigue siendo una preocupación central, en especial por los particulares gestos de Francisco al entrar en contacto permanente con el público, evitar autos blindados y tomar ciertos riesgos evitados por otros religiosos. 

Una de las versiones- para muchos de mera especulación- es que el Papa no venía a nuestro país para no convertirlo en un foco de atentado ante las amenazas terroristas que suele enfrentar. No es novedad que Francisco más de una vez cargó contra el narcotráfico- que le llevó a tener cierta tensión con México- como así también contra los grupos terroristas del Estado Islámico que incluso lo amenazaron de muerte. 

Francisco Olivera, periodista del diario La Nación, anticipó que "El Papa podría venir recién en el 18 de marzo del año que viene", "los Servicios de Inteligencia del Vaticano le han advertido que su vida corre riesgo". Esta versión provocó malestar en el Gobierno de Mauricio Macri al poner al país como un objetivo terrorista por su "vulnerabilidad". 

El viaje realizado a Kenia, Uganda y la República Centroafricana- en 2015- implicó un gran operativo de seguridad que fue considerado como el "más riesgoso de su Pontificado". 

Lo cierto es que independientemente del lugar que elija, el Papa siempre puede ser motivo de ataque dado su capital simbólico como líder de una de las Iglesias más importantes del mundo que por ahora sin visitar el suelo nacional.