Las autoridades sanitarias del estado de Río de Janeiro  no ocultaron su preocupación al confirmarse la primera muerte por fiebre amarilla en un caso que por el momento parece local. 

El hombre que falleció, de 38 años, no había viajado en los últimos meses a ninguna de las áreas donde ya habían sido registrados casos de fiebre amarilla; por lo tanto las autoridades decidieron reforzar el sistema de salud en la zona.  

La Secretaría de Salud anunció que adoptó "de forma inmediata nuevas medidas, además de la vacunación ya anunciada por todo el Estado", que tenía previsto comenzar a finales de marzo y que adelantó. 

Además otra persona está en observación después de haber sido contagiada también en Río de Janeiro.  Hasta el momento la región sureste de Brasil lleva contabilizadas 100 muertes en el 2017 por esta enfermedad; la mayoría de las cuales fueron en el estado de Minas Gerais, fronterizo con Río de Janeiro, San Pablo y Espíritu Santo. 

"La prioridad de la campaña será inmunizar la población residente o que trabaja en áreas boscosas y zonas rurales", agregaron desde la cartera de salud. Y recalcó que "no hay necesidad de desplazamiento de la población hacia los municipios en busca de la vacuna" ya que toda la población "será inmunizada, de forma gradual, hasta el final de este año".

¿Qué es la fiebre amarilla?

La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El término "amarilla" deriva de que la piel de los pacientes se pone de ese color a causa de la ictericia ( por un aumento de bilirrubina en la sangre como resultado de ciertos trastornos hepáticos). 

Los síntomas de la fiebre amarilla son: fiebre, cefaleas, ictericia, dolores musculares, náuseas, vómitos y cansancio. Si bien una pequeña proporción de pacientes infectados presentan síntomas graves, el nivel de mortalidad de los afectados puede alcanzar el 50 % en un plazo de 7 a 10 días.

El virus es endémico en las zonas tropicales de África y de América Central y Sudamérica. La fiebre amarilla puede prevenirse con una vacuna muy eficaz, segura y asequible que suele formar parte de las campañas de vacunación de los países afectados. La vacuna ofrece una inmunidad efectiva al 99% de las personas vacunadas en un plazo de 30 días y es de por vida.

Una vez adquirida la enfermedad no existe tratamiento específico y la falta de atención y control médico puede llevar a la muerte. 
 

En Argentina 

La vacuna contra fiebre amarilla está incluida en el Calendario Nacional de Vacunación nacional en las áreas definidas como de riesgo (provincias de Misiones y Formosa), a los 18 meses con un refuerzo por única vez a los 11 años. No debe revacunarse quien haya recibido una dosis  luego del segundo año de vida.

En cuanto a los viajeros es prioridad prevenir la fiebre amarilla vacunando (al menos 10 días antes del ingreso) solo a quienes visiten áreas de riesgo de adquisición de la enfermedad y no tengan contraindicación para la vacunación.

Pueden obtener un certificado de exención de la vacuna:

-Quienes tengan contraindicaciones o precauciones para recibir la vacuna.
-Quienes viajen a países que no presentan riesgo de transmisión.
-Los adultos vacunados a quienes en el país de destino les exigen revacunarse pasados los 10 años.

Las autoridades sanitarias de Brasil, Bolivia y Paraguay no solicitan a los argentinos certificado internacional de vacunación para ingresar a su territorio.

Fuentes. OMS/Ministerio de Salud Argentina