El gobierno de Barack Obama parece haber sufrido un reto por parte del pueblo estadounidense, que se volcó hacia los Republicanos y les devolvió la mayoría en el Congreso estadounidense.

De esta manera, los Republicanos consiguieron los siete escaños que le faltaban para tener mayoría en el Senado, con 52 de los 100 miembros que tiene la Cámara norteamericana.

Mientras que en la Cámara de Representantes, los Republicanos mantuvieron su hegemonía. Dicha Cámara será renovada por completo y contará con 242 conservadores y 175 oficialistas.

Hacía ocho años que el Partido Republicano no volvía a gobernar en el Senado y, a partir de ahora, un nuevo mapa político se abre en EEUU, sobre todo, varias iniciativas planteadas por Obama como la reforma migratoria, por ejemplo.

Con la victoria republicana en 24 de las 36 gobernaciones que se disputaron, finalmente, este partido gobernará 31 de los 50 estados que tiene el país.

Llamó la atención la victoria opositora en estados que habían sido muy fieles a Barack Obama, como por ejemplo Colorado o Victoria, que representaban bastiones demócratas hasta ahora.