Más de 12 millones de ecuatorianos acuden este domingo a las urnas para elegir presidente en balotaje entre un socialista, Lenín Moreno, que representa la continuidad de la Revolución Ciudadana, y un exbanquero de derecha, Guillermo Lasso, que apuesta por el viraje conservador.

Por primera vez en 10 años sin el presidente Rafael Correa como candidato, el movimiento gobernante Alianza PAIS (AP) se juega su permanencia en el poder con el exvicepresidente Lenín Moreno, un abanderado de las causas sociales que sufre una paraplejia por un disparo que recibió en un asalto en 1998.

Además de medir las fuerzas políticas de la región, el resultado también será decisivo para el fundador de WikiLeaks, el australiano Julian Assange, a quien el Gobierno ecuatoriano mantiene asilado en su embajada en Londres desde 2012.

Lasso, partidario de retirar el asilo que le otorgó Correa a Julian Assange, es un expresidente del Banco de Guayaquil que ofrece abrir el mercado, generar un millón de empleos y eliminar 14 impuestos.

En la víspera, Moreno pidió en su cuenta de Twitter "vivir una jornada electoral en paz, en armonía, con responsabilidad y con absoluto respeto por el voto".

Junto a la invitación a votar y hacerlo con convicción, Moreno instó "a no dejarse provocar por agitadores que quieren crear el caos". "La unidad y la paz serán la única victoria", añadió.

En tanto que Lasso, del movimiento conservador Creando Oportunidades (CREO),  llamó a hacer "una elección justa y democrática" en la misma red social, que utilizó para reafirmar su llamado a un "cambio" en el Ecuador.

Las últimas encuestas, que por ley podían difundirse en Ecuador hasta el 22 de marzo, ubican primero a Moreno por un margen que oscila entre los 4 y los 14 puntos, si bien analistas indican que en las últimas proyecciones privadas Lasso ganaba terreno.