Carles Puigdemont, el presidente destituido de la Generalitat de Cataluña ya no está en España a pesar de hallarse acusado de los delitos de rebelión, sedición y malversación; entre otros que pueden tener una pena de hasta 30 años de cárcel. 

El funcionario que, tras varias idas y vueltas, declaró la independencia con aprobación del Parlamento catalán- hoy disuelto e intervenido- viajó con varias figuras de su ex Gobierno a Bélgica. 

Fuentes del Ministerio de Interior español confirmaron la presencia del expresidente en Bruselas, aunque se mostraron poco preocupados- por el momento- ante el hecho; aunque no descartan que busquen reclamar asilo político. 

Si bien ni desde Bruselas ni desde el Gobierno lo confirman, el diputado de Junts pel Sí (JxSí) Lluís Llach publicó en Twitter que “el MHP de la república exiliado es una denuncia contra España ante los estamentos europeos, internacionales y nos conserva la dignidad del 1-O”.

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Puigemont se trasladó a Bélgica con al menos cinco de sus exconsellers mientras que el exvicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, se encuentra en Cataluña, como así también el conseller de Territori, Josep Rull. 

Por otro lado, el pasado domingo el secretario de Estado belga de Migración y Asilo, Theo Francken, ofreció esta posibilidad de asilo político a Puigdemont, lo que provocó una grave crisis en el gobierno belga y obligó al primer ministro, Charles Michel, a desautorizar a Francken. 

Funcionarios y ciudadanos catalanes continúan a la espera de qué es lo que va a decir e implicar el proceso de aplicación del artículo 155 por parte del Gobierno de Mariano Rajoy.