El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, expresó en sus redes sociales que buscará trasladar la embajada brasileña en Israel desde su ubicación actual en Tel Aviv hasta Jerusalén, tal y como lo hizo Donald Trump con la embajada estadounidense en diciembre de 2017, y así cortar relaciones con el estado Palestino. 

"Israel tiene derecho soberano a decidir cuál es su capital", le había dicho antes al diario 'Israel Hayom' sobre sus planes ya mencionados durante su campaña electoral.

"Amo a la gente de Israel y al Estado de Israel. Palestina primero tiene que ser un país para tener derecho a una embajada", manifestó de manera provocativa en la misma nota, desconociendo décadas de diplomacia.

Por su parte, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu había dicho que la victoria de Bolsonaro "conduciría a una gran amistad entre sus pueblos y al refuerzo de las relaciones entre Brasil e Israel", además de que ya consumada la victoria electoral de Bolsonaro, el propio Netanyahu asistiría "muy probablemente" a la ceremonia de investidura en Brasil, de acuerdo a trascendidos reproducidos por elmundo.es.

No es menor el geto que significa la ubicación de las embajadas en Israel. El Estado hebreo considera toda la ciudad de Jerusalén como su capital, mientras que los palestinos aspiran a que Jerusalén Este se convierta en la capital de su futuro Estado. Desde la mirada neutral, la comunidad internacional se basa en el estatuto de la Ciudad Santa e insiste en que entre las dos partes debe haber una negociación civilizada. Los pronunciamientos antes de esta situación de acuerdo no hacen más que entorpecer el diálogo.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rompió en diciembre de 2017 con el acuerdo internacional al respecto por lo que el presidente palestino, Abu Mazen, terminó todas las relaciones con el gobierno norteamericano.

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