EL RELATO COMPLETO DE AXEL

He vivido situaciones de violencia de mi papá hacia mi mamá muy fuertes, de golpes. Ojo, con esto no quiero ni hacer quedar mal a mi papá, porque era algo medio normal en ese momento. Y no tengo ningún rencor. Amo a mi papá, se lo puedo decir y me llevo muy bien con él. Pero la verdad es la verdad. Y hay ciertas cosas que los chicos no borramos nunca más.

Mi mamá salía de bañarse, estaba en ropa interior, color crudo o blanca. Digo detalles para que los padres se den cuenta de que los chicos no olvidamos nada. Ellos discutiendo, no me acuerdo el motivo, mi mamá llorando, a los gritos. Yo adelante, mi hermano de un lado, mi hermana del otro. Cinco, cuatro y tres años. Y no me olvido más: veo a mi papá acercarse a los gritos y ¡pla! (hace el gesto de pegar una cachetada)

En ese momento, mi papá tenía candado, barba y bigote. Y lo llamé. Se acerca como bueno: "Sí, Axel, pobrecito". Yo no quería que me agarre a upa, lo quería matar. Te lo digo y tiemblo, porque es muy vívido. Pero cuando se acerCó y me hizo upa, lo agarré de la barba... ¿Viste cuando hacés tanta fuerza que temblás? Se ve que saqué fuerza del universo, mi papá me dejó en el piso y se desmayó. Se sentó en el umbral de la puerta y se quedó blanco pálido.

Paró un poco la discusión. Mi mamá siempre nos agarraba y nos íbamos. Típica esa, era muy normal. Nos íbamos. ¿Dónde? No sé, siempre escapábamos. ¿Sabés a mi mamá la cantidad de veces que le pregunté "por qué no te separás"? Y me respondió algo que hoy digo "¡qué absurdo!": "Y, es que acá las comodidades, tienen el televisor, la computadora". Yo decía: "¿Pero qué importa?".

Entiendo que mi papá vivió una infancia igual y él repitió, no pudo cambiar el patrón. Pero yo a mis hijos nunca les levanté la mano, no les tiro del pelo ni de la oreja. No, ¡no me sale!