La industria del calzado en situación límite: importaciones y baja en las ventas
Los precios de los productos que llegan al país desde Brasil, Indonesia y China vuelven imposible la competencia con los fabricados en nuestro país. En los últimos cuatro meses, fueron cerca de cuatro mil los despidos.
Los fabricantes de calzado venden un 50 por ciento menos de lo que se vendía antes de que asumiera el macrismo: fue el vicepresidente de la Cámara de Industrias del Calzado de Córdoba, Hugo Albado, quien dijo que la apertura de importaciones resultó letal para el sector.
La actividad perdió en los últimos cuatro meses, unos cuatro mil puestos de trabajo, gracias al boom importador que golpeó a la industria nacional para dejarla medio grogui tambaleando en el ring.
Albado describió que sólo se pueden estudiar “tres opciones: trabajar a media máquina, despedir gente o directamente cerrar”, instalando la opción de que el modelo productivo se pase definitivamente al importador, con la consecuente generación de desempleo.
A lo largo del país, vienen cerrando fábricas desde abril o mayo del año pasado, al mismo tiempo que los importadores pactan contratos de compra de zapatillas chinas, indonesias o brasileñas a precios de 160 pesos el par: “Están entrando zapatos de cuero a 250 pesos, un producto cuyo costo de producción no baja de 700 pesos acá”, ejemplificó Albado en declaraciones a enorsai.com.ar
“A esto ya lo vivimos y fue muy duro. En los noventa (del siglo pasado) gran parte de las industrias cerraron. No queremos volver a eso”, advierte Albado.
En enero las importaciones aumentaron 59,5% en relación al primer mes de 2016 y en febrero el incremento fue de 66,9%, donde Brasil, Indonesia y China encabezan la lista de proveedores.
Para 2017, según datos de la Cámara de la Industria del Calzado cordobesa, el mercado carioca es el que más jaquea al argentino: “Atención con Brasil, que al ser socio del Mercosur sus productos ingresan con arancel cero”, advirtió Albado.
Cambiamos. En 2015 funcionaban unas dos mil fábricas y había más de 85 mil puestos de trabajo -directos e indirectos- en lo que fue un año récord de producción, con 125 millones de pares.
A partir de la apertura para el ingreso irrestricto de productos extranjeros, resulta evidente el desbalanceo de la relación histórica, en la cual 85 por ciento del consumo doméstico se abastecía con producción nacional y el 15 por ciento restante con productos importados.