El Bank of New York Mellon informó que no lo dejan pagar a los bonistas
El banco que tiene el dinero que les corresponde a los bonistas que entraron en los canjes de 2005 y 2010, depositado en una cuenta del Banco Central argentino, le envió un comunicado a esos tenedores de bonos en default informándoles que los 539 millones de dólares que la Argentina giró el 26 de junio, continuarán en la misma cuenta.
El Bank of New York Mellon (BoNY) notificó a los bonistas -tenedores de bonos en default que adhirieron a los canjes de 2005 y 2010- que conservará los fondos en las cuentas que el Banco Central argentino tiene en esa institución financiera, al menos hasta que haya una sentencia de la Corte Suprema de Estados Unidos.
Debido a la falta de respuestas ante los reclamos remitidos al juez Griesa, para que se pronuncie sobre el destino de los fondos que ya deberían haber percibido dichos bonistas -el pago realizado por nuestro país, en tiempo y forma para cumplir con el vencimiento del 30 de junio pasado- los 539 millones de dólares seguirán depositados.
"Siguiendo con las órdenes anteriores del tribunal, el fideicomisario (agente de pago) continúa reteniendo los fondos", señaló BoNY a los tenedores de esos bonos en una carta con fecha 31 de julio.
"Los fondos están pendientes de nuevas órdenes del tribunal. La naturaleza y tiempos de cualquier futura orden del tribunal sobre los fondos aún no son conocidos", agregó el BoNY en su comunicado, que aún aguarda la respuesta oficial del magistrado sospechado de incapacidad.
La entidad bancaria neoyorkina puso a disposición de los bonistas una dirección de correo electrónico de consulta, pero también avisó que "no deberían tener al banco como única fuente de información", en una clara referencia hacia la falta de respuestas de la justicia estadounidense.
El pasado jueves 26 de junio, el Gobierno giró 539 millones de dólares al Bank of New York Mellon, pero el pago no se concretó porque el juez de Nueva York Thomas Griesa ya había dejado sin efecto una medida cautelar (stay), que había permitido a la Argentina seguir cumpliendo con los vencimientos de la deuda reestructurada bajo legislación de Nueva York a pesar de una demanda de los fondos buitre.
Griesa rechazó reponer el stay y de esa manera evitó que el dinero que Argentina depositó para cumplir con sus acreedores pudiera llegar a su destino final.