Entre los anuncios efectuados esta semana por el Gobierno, aparecen una reforma laboral reaccionaria pero también un reforma tributaria que, entre otras cosas, implica un fuerte aumento del impuesto interno en las bebidas alcohólicas y en las azucaradas sin alcohol.

En el proyecto de reforma tributaria anunciada por el ministro Nicolás Dujovne, se prevé aumentar las alícuotas de las gaseosas en general y otras bebidas sin alcohol, que pasan de entre 4 y 8 por ciento al 17 por ciento gradual.

Las cervezas pasarán del 8 por ciento actual al 17 por ciento; los vinos y sidras de 0 a 10 por ciento de manera gradual, y los espumantes del 0 al 17 por ciento también de manera gradual.

Según el diputado sanjuanino José Luis Gioja, el incremento del impuesto interno en el vino "será devastador para las economías regionales de las provincias viñateras, especialmente para San Juan y Mendoza”.

"No vamos a avalar ningún tipo de impuesto que resienta a la producción de la principal industria de nuestras provincias [Cuyo], de la que viven cientos de miles de familias y mueve toda nuestras economías”, afirmó el legislador.

Al respecto, añadió que "poner un impuesto al vino perjudicaría a toda la cadena de producción, fundamentalmente a los pequeños y medianos productores, y las consecuencias de una medida como ésta traerá aparejada, la depreciación del precio de la uva nueva, que se está formando justo ahora y la baja de consumo de vinos, entre otros perjuicios".