Un informe publicado en Clarín es lo suficientemente elocuente: el 75 por ciento de las empresas que emplean a una o más personas se dedica al área de servicios, de acuerdo a datos de la AFIP.

En concreto, son 426.533 empresas sobre un total de 565.024 registradas en el organismo impositivo hasta agosto pasado, lo que representa una suba con relación a dos años atrás.

Los números son inapelables: según el citado diario, hay unas 1.500 empresas más entre las que prestan servicios, mientas que se refleja un retroceso de 3.500 entre las que se dedican a la producción de bienes.

Así, la fuerte recesión que abarcó todo el 2016 fue el factor determinante para que centenares de empresas industriales, incluidas áreas vitales como la construcción y la agricultura, se vieran obligadas a cerrar sus puertas.

Ello, por supuesto, afecta directamente al empleo privado en su conjunto: en agosto último había registrados 6.511.481 trabajadores, una cifra que se ubica por debajo de los 6.541.059 de igual mes de 2015.

Es decir y más allá de los anuncios rimbombantes sobre creación de empleo genuino, la gestión de Mauricio Macri destruyó casi 30.000 puestos de trabajo en el sector privado, lo que no es poco en apenas dos años.