Análisis de precios para los que quieren un país "serio"
El periodista Roberto Navarro explicó los porcentajes de ganancias que registra la marca La Serenísima, así como los supermercadistas que la vende, y la comparó con las cadenas lecheras en España. Mientras en los supuestos países "serios" la ganancia no supera el 9 por ciento, aquí rondan el 55%.
¿Quién te subió los precios? Esa es la pregunta que intenta responder el informe de Roberto Navarro acerca de la formación del precio de la leche.
"Gracias a algunos periodistas ésta leche se hizo muy famosa", recordó Navarro como introducción a las claras infografías. Mediante el detalle de cada uno de los costos de las empresas, es fácilmente reconocible el actor de la cadena de precios que traslada la excesiva ganancia al bolsillo del consumidor.
La empresa lechera La Serenísima le paga al productor (tambero) 2,40 pesos por cada litro de leche. A ese costo se le agregan variables afrontadas por la empresa como mano de obra, energía, packaging, fletes, publicidad, entre otros. Entre el precio de venta que la lechera le cobra al supermercado y el descuento de sus costos, la empresa obtiene un beneficio del 55 por ciento.
A diferencia de la empresa productora, el supermercadista apenas funciona como "peaje": el supermercado le pagó a La Serenísima 5,20 pesos, y le suma apenas 0,57 centavos de costos varios (mano de obra, logística, energía). Con un precio final de venta al consumidor a 8,90 pesos (establecido por el acuerdo de precios con el Gobierno, sino sería mucho más alto) la ganancia que obtiene, en este caso Disco, es del 54 por ciento.
Hasta aquí, fue puro análisis de costos y precios, pero cuando surge la comparación con respecto a lo que paga un consumidor en España, los excesivos montos de ganancia saltan a la vista:
Supermercados ladrones
"En 1984, llegó Carrefour a la Argentina con una excepción en ingresos brutos por 25 años, con la idea de que provocara un efecto de baja a los precios. Entonces comenzó a subsidiar las ventas y te vendía por abajo del costo, con lo que se fundieron los pequeños almacenes y la cadena social de comercios minoristas. Se destruyó la cadena social. Una vez que la rompieron impusieron los terriblemente caros precios que hoy cobran", explicó Navarro.
Se puede afirmar que aquel plan inicial falló, incluso en su consigna de crear fuentes laborales. La Universidad Nacional de San Martín publicó un informe en el que se estableció que por cada empleo que dieron las cadenas de supermercados, se destruyeron otros 7 de manera indirecta.