Algunos puntos oscuros del acuerdo Unión Europea-Mercosur
Tras anunciar con bombos y platillos el acuerdo de liberación de comercio entre Europa y el cono sur, es importante analizar los principales puntos en discusión y sobretodo si las industrias locales se beneficiarán o en su contra será perjudicial.
Es importante señalar que a nivel general el acuerdo promueve el libre comercio, con la diferencia que nuestro país continúa siendo agroexportador por lo que partirán hacia Europa con muchas menos restricciones las exportaciones agropecuarias pero los productos industriales con valor agregado entrarán libremente.
La coordinadora de centrales sindicales de todo el conosur advirtió sus quejas sobre este punto. En un comunicado expresaron que en áreas como “tecnología, sistema marítimo y fluvial, obras públicas, compras del Estado, laboratorios medicinales, industria automotriz, economías regionales (en especial, las vinculadas al aceite de oliva, vinos y espumantes, quesos y lácteos, entre otras), se concluye que la firma de este acuerdo es la sentencia de muerte de nuestras industrias y de gran parte de nuestro trabajo decente y empleo de calidad”.
El acuerdo elimina el 91% de los aranceles que Mercosur imponía hasta ahora a los productos que llegaban desde Europa, en tanto que la Unión Europea evaporará los 92% de sus aranceles actuales a productos de Mercosur.
Al respecto la coordinadora de centrales sindicales expresa: “La cobertura de las ofertas es superior al 90%, lo que indica que se trata de un acuerdo de libre comercio de carácter amplísimo, con una liberalización casi total del comercio birregional. La mayoría del comercio bilateral comprendido dentro de un período de desgravación menor a 10 años. Creemos que tanto la amplitud de la cobertura como la finitud de los plazos de desgravación atentan contra una transición ordenada de los sectores productivos hacia una situación de libre comercio birregional”.
Aquí se traza un nuevo problema. “Hay un alto riesgo de triangulación de productos que son elaborados mayoritariamente en países ajenos al acuerdo, de bajísimos salarios y en donde no se respetan los derechos laborales más básicos, y que con un mínimo procesamiento o etiquetado podrían gozar de los beneficios de las preferencias otorgadas” advierten desde la entidad. Situación que fue ratificada por la U-E.
La embajadora de la Unión Europea en Buenos Aires Aude Maio-Coliche explicó que “la UE reexporta 70% de los productos que importa después de un proceso de transformación”. Y sobre este punto fue muy clara. “El beneficio más directo que van a sentir los ciudadanos del Mercosur cuando se implementará el acuerdo es la baja en los precios de los productos importados y una multiplicación de opciones para sus compras” completó.
Las Pymes o medianas empresas tampoco están muy conformes con el acuerdo. “Concluimos que el acuerdo es exclusivamente beneficioso para Europa, que podrá ingresar sus productos industrializados al Mercosur, sin arancel, destruyendo el mercado interno, y desplazando productos argentinos por productos europeos en nuestro principal socio, Brasil” aseguró el vicepresidente de APYME, Julián Moreno en diálogo con la prensa.
En este sentido la coordinadora de centrales sindicales del cono sur advirtió: “Si bien sabemos que existen cláusulas específicas en la negociación en materia de PyMEs, las mismas se limitan a mejorar la circulación de la información técnica y legal del acuerdo. De modo de beneficiarse efectivamente con el acuerdo, las PyMEs requieren de apoyo financiero y de transferencia tecnológica para poder afrontar positivamente un proceso de apertura comercial, modernización tecnológica y mejora de la competitividad, elementos que no se encuentran previstos en la actual negociación”.
Otro punto que preocupa es que este acuerdo es que se permite que las empresas europeas tengan la posibilidad de presentar ofertas y ganar contratos del gobierno. La coordinadora opina que “históricamente el poder de compra y contratación del Estado nacional ha funcionado como una potente herramienta para el desarrollo industrial. Es necesario mantener dicha potestad por parte de los distintos Estados nacionales a todos los niveles (nacional, provincial y municipal), específicamente en lo que respecta a la obra pública, y evitar otorgar el trato nacional a las empresas de los países de ambas regiones”.