Un ejemplo: el frontal y durísimo comunicado Zampedri contra los dirigentes 'canallas'
El goleador de Rosario Central rompió el silencio y expresó a través de un comunicado toda su bronca contra los dirigentes del club rosarino por su frustrado pase a Independiente. Además, reveló que tienen una deuda económica con él y le pidió al hincha que lo entienda.
En este contexto, el principal protagonista de la novela escribió un comunicado para hacerlo público a través de sus redes sociales.
En el documento, el goleador certificó el contacto de la entidad de Avellaneda y dio detalles de la cifra. Le pegó duro a los dirigentes de Central por la deuda que mantienen con él y por negarse a subirse el salario.
COMUNICADO AL HINCHA DEL CLUB ATLÉTICO ROSARIO CENTRAL
Atento a la existencia de numerosas versiones periodísticas, considero necesario explicar cómo fueron los acontecimientos vinculados a la posible transferencia de mi pase.
Desde el día 3 de enero, el CAI inició gestiones para contratarme, comunicando al CARC la oferta de transferencia y a mi representante la oferta laboral. Si bien el aumento de mi salario era muy significativo, entendí que el CARC debía negociar y defender su posición con tranquilidad.
Hasta el martes 29 de enero, jamás hablé con los dirigentes del CARC para “meter presión”. Si bien es normal que eso suceda —y que los clubes oferentes cuenten con ese elemento para “bajar el precio”—, por respeto a la institución seguí entrenando con absoluta normalidad y profesionalismo (mis compañeros y el cuerpo técnico pueden dar fe de eso).
Los dirigentes del CARC inicialmente fijaron su posición en U$S 3.000.000 netos (cuando la primera propuesta del CAI fue de U$S 1.500.000 netos). Luego de semanas de negociaciones (en las que repito, jamás metí presión pues con esta actitud quise que el CARC pueda defender el valor de la transferencia), y prestando mi colaboración al renunciar a una deuda que el club tiene conmigo, se alcanzó la suma de U$S 2.800.000 netos.
La respuesta del CARC consistió en el rechazo de la operación. Ayer fui personalmente al club y hablé con los dirigentes para que consideren la posibilidad de mejorar mi contrato. Les expliqué que el deseo de mi transferencia se fundaba en una cuestión económica. La respuesta fue contundente: no merezco ninguna compensación. Veremos si, aunque sea, cancelan la deuda que tienen conmigo, cuyo pago exigiré inmediatamente.
El hincha del CARC se merece una explicación. Pueden no compartir mi mirada, pero quiero ser sincero y directo con ellos. Les ruego que intenten, por un momento, ponerse en mi lugar. Soy una persona, no una cosa. Es cierto que los contratos son para cumplirse (me parece que también para el club, el cual tiene una deuda conmigo). Pero tampoco son herramientas para tomar de rehén a una persona. Muchas veces se cuestiona la actitud de los jugadores que “meten presión” a los clubes. Yo no lo hice, y quizá por eso perdí la posibilidad de asegurar el futuro de mi familia. En el fútbol es una regla: las buenas actitudes son signos de debilidad.
Esto no significa que no esté agradecido al CARC ni mucho menos. Lo que sí quiero ser claro sobre mi manera de pensar y no tengo ningún pudor en decirlo: primero mi familia, luego todo lo demás. Soy jugador de fútbol de profesión.
Quizá es una frase trillada, pero no saben lo que me ha costado llegar hasta aquí. Vean mi trayectoria. Tuve el sueño de llegar al fútbol grande de nuestro país recién hace un par de años. En dos semanas cumplo 31 años. Tengo una familia que mantener y quizá algunos años más para intentar asegurar nuestro futuro. Profesionalmente, lo único que sé hacer es jugar al fútbol. Y el tiempo nos acecha, es una actividad con una exigencia física tremenda y que nos jubila en una temprana edad.
Siempre fui agradecido al CARC. Creo que no hay mejor manera de mostrar agradecimiento que partiéndome el alma en cada entrenamiento, en cada partido. Mi entrenador puede dar fe de la cantidad de encuentros que jugué infiltrado. Ahora sí: nunca fui demagogo. El CARC es una gran institución, me siento honrado por jugar aquí. Pero no es “mi casa”, ni “mi madre”, ni “mi vida”.
Cada cosa en su lugar. Soy un profesional y tomo decisiones —como cualquier persona en su profesión— en base a la remuneración por su trabajo. Es una variable que todos, absolutamente todos, tomamos en consideración en nuestra vida laboral. Humildemente creo que gran parte de los hinchas entiende esto. Lo que les molesta es que los protagonistas “vendamos humo”. Pero ese no soy yo.
En mi caso, me dedico a jugar al fútbol para asegurar el futuro económico de mi familia en los pocos años de carrera que me quedan. De verdad, si tuviese 20 años, me podría dar el lujo de tener otra mirada sobre mi profesión.
Al CARC siempre le di opciones. Opción para que mejore el precio de mi transferencia (logró duplicarlo en 20 días en los que jamás presioné). Opción para que mejore mi contrato y cancele mi deuda. Opción para que trabaje en un eventual reemplazo ante mi transferencia. El agradecimiento se evidencia en conductas como estas (y no con declaraciones demagógicas). Obré como considero que debe obrar una persona agradecida. Pensé que era el camino. Parece que no lo era.
Quería decirles lo que siento y lo que pienso. Ojalá esto no repercuta en mi rendimiento. Si eso ocurre, sepan que soy el principal perjudicado. Voy a seguir dando todo de mí. Primero, por mi familia. Segundo, porque soy un profesional y se lo debo a mi empleador. Tercero, por mis compañeros y por un cuerpo técnico que siempre me apoyó. Y, naturalmente, por todos ustedes, quienes son ajenos a este conflicto.
Quiero cerrar este mensaje diciéndoles que, a pesar de todo, mañana voy a volver a entrenar, voy a estar con la mejor disposición para el cuerpo técnico y para mis compañeros, y voy a ser el primero que quiera saltar a la cancha. Ojalá el sábado tenga la oportunidad de hacerlo. Siempre voy a dar lo mejor de mí cuando deba defender la camiseta de esta institución.
Fernando Matías Zampedri