Un arquero argentino contó que se quedó afuera del Mundial por ''negocios''
El arquero del Celaya de México reveló que se quedó afuera del Mundial 2010 "por negocios del fútbol" cuando Diego Maradona era el entrenador de la Selección.
Cristian Campestrini en el año 2008 era el arquero de Arsenal de Sarandí y se destacaba por el alto nivel que estaba teniendo. Es por eso que tuvo la posibilidad de formar parte de algunas convocatorias cuando Diego Maradona era el técnico de la Selección argentina. Se quedó en las puertas de disputar el Mundial Sudáfrica 2010 y este sábado contó cómo se enteró de que su nombre no iba a estar en la lista de 23.
“Julito Grondona me llamó aparte y me contó mucho antes de la lista que no iba a ir al Mundial... algunas veces sabemos que el fútbol no es solo de trabajo sino también de negocios”, comentó el ex Tigre durante un Instagram Live con César Luis Merlo.
“Julito me dijo que no iba a ir por estas cosas, así que no te hagas ilusión y seguí entrenando de la mejor manera, brindándote como te estas brindando en esta institución. Pudiste cumplir el sueño de estar en varias convocatorias, pero no te hagas ilusiones porque no vas a ir, detrás de esto hay cosas”, explicó.
En aquel Mundial, con Diego Maradona al frente del plantel y Julio Humberto Grondona como presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, los arqueros convocados a la Selección fueron Sergio Romero, Mariano Andújar y Diego Pozo, con el que Campestrini peleaba el lugar.
El ex Arsenal de Sarandí fue citado a la Selección local en los amistosos previos al Mundial contra Jamaica, Panamá y Costa Rica.
Asimismo, Campestrini asumió sin "rencor" la decisión de Diego Maradona porque “siempre hubo negocios dentro del fútbol, hubo algo que se tuvo que hacer y lamentablemente no pude ir, pero siempre muy satisfactorio lo que he vivido”.
“No es que agarré después de esa noticia y dije ‘qué hago: voy al puente o abajo del tren’. Al contrario, fue bueno porque creo que 20 días antes de la lista del Mundial ya me lo habían comunicado. No fue tampoco un golpe duro”, dijo Campestrini.