Tras la lluvia, se notó la ansiedad de jugar
Luego de diez días sin jugar, el equipo salió con la decisión y la ambición de siempre. Salvo que éste miércoles lo hizo muy apurado, sin pausa, regalando pelotas innecesarias y por momentos quedando mal parado.
Hubo lapsos del partido donde la ansiedad y el apuro nos convirtieron en un equipo desorganizado. La dinámica de nuestro juego se convirtió exclusivamente en verticalidad. Y claro, ahí se vieron las imprecisiones. Una detrás de otra.
Pero a pesar de no tener su mejor noche, el conjunto de Gallardo saca diferencias por su incansable vocación ofensiva. Va una y otra vez. De una forma u otra, encuentra el camino para llegar al arco rival y hacer daño. Hasta cuenta con algo de fortuna, como en el segundo gol de Mora. Da la sensación que si no la mete un delantero, la mete el otro.
Nuevamente, vale destacar a Marcelo Barovero. Siempre firme y seguro bajo los tres palos, se convirtió en una garantía en el arco ‘millonario’. Ante los mendocinos, tapó dos pelotas de gol cuando el partido y la serie todavía estaban abiertos.
Es que llamativamente, con relación a los últimos partidos, anoche nos crearon muchas situaciones de gol. Las causas se reparten entre las virtudes del rival y nuestros defectos. Todo el equipo deberá corregir esas fallas para no volver a sufrir.
Ahora habrá que prepararse física y mentalmente para afrontar la dura seguidilla de partidos que se viene por delante, la cual culminará nada menos que con el ‘Superclásico’. Lo lindo de esto, es que estamos peleando campeonato local, Copa Argentina y Sudamericana por igual. Vamos por todos los frentes, como marca la historia de este club tan grande.