Todos contra el Boca macrista
Otra entrega de la sección de #CuentosPermitidos. 'Todos contra el Boca macrista', del periodista Jon Heguier es una catarsis más que un cuento. Decidimos publicarla en estos tiempos de sospechas de proyectos futbolísticos como patas políticas de algo más grande, tan grande como los destinos de un país.
El siguiente, el de Jon Heguier (periodista, actualmente en el Destape, con experiencia en Clarín, Revista Noticias, Infonews y otros medios) no es un cuento, sino más una catarsis.
Macri presidente 1995
El fútbol es once contra once y adentro del rectángulo de césped se dará lo que la dinámica de lo impensado y la redonda quieran. Lo escribo y pienso que está bien, que suena poético, que puede ser así.
Hasta que me acuerdo que Mauricio Macri, que entró a la habitación de la política a través del club Boca, es Presidente.
Un remate, un desvío en un pie rival y adentro. Boca pierde 0-1 en el parcial. Dinámica de lo impensado.
Hasta que recuerdo que el presidente de Boca y vice de la AFA es Daniel Angelici, principal operador judicial de Cambiemos y amigo íntimo de Macri.
Una falta clara, otra falta clara. Y sí, amarilla más amarrila es roja. Claro. Hasta que me acuerdo que el presidente de la AFA es Claudio Tapia, hincha de Boca confeso y que se mete hasta en los cumpleaños de los jugadores como "amigo".
Entra el jugador de Boca al área y... penalazo. No lo cobraron. ¿Y eso? ¿Eh? ¿Y eso?
Y entonces me acuerdo que un abogado que labura para el Estado con Germán Garavano en el Ministerio de Justicia patea en contra en el juicio del encubrimiento a la AMIA contra Menem, Beraja, Galeano y algunos más. José Console se llama y es parte del tribunal de disciplina del club.
Bueno, che, pero no ganamos, pará, empatamos 1 a 1 con dos hombres más, paren un poco. Y me vengo a acordar justo que el Nº 2 de la SIDE de De la Rúa, sí la de la Banelco y todo eso, ex accionista del abandonado Grupo 23 y ahora íntimo de Angelici es vice 3º de Boca. Darío Richarte.
Bueno, errores arbitrales como el del segundo expulsado de ellos pasan, che. No es para tanto. Lo vio mal, tampoco hagamos un mundo de esto. ¿Qué árbitro no se equivoca?
Y aparece Hipólito Nosiglia. Referente de la juventud radical, hijo de un todopoderoso en las sombras, también de nuevo vínculo renaciente con el Padrino Angelici. Es vocal del club.
Bueno, pero estamos primeros porque tenemos un tremendo plantel y porque el equipo está consolidado.
Y entonces se me viene a la cabeza Fernando Mitjans, presidente del Tribunal de Disciplina de AFA desde hace 10 años. Amiguito de Angelici, ni googleen los diálogos que se filtraron porque nos vamos a amargar.
Bueno, pero vamos por la Copa, porque vino Carlitos...
Y se me viene Oscar Moscariello, ex legislador del PRO y hoy Embajador argentino en Portugal. Es Secretario de Relaciones Institucionales de Boca. Pero yo soy hincha de Boca, che, y voy a seguir siendo, Boca trasciende la historia de estos tipos
Y aparece el fiscal Stornelli...
Pero mi viejo me hizo de Boca
Pero el fútbol no es sólo la pelotita, eh...
¿Y los colores? ¿Y el azul y el amarillo? ¿Qué? ¿El amarillo es por el PRO entonces?
No, la política no tiene nada que ver con la pasión por Boca, los dirigentes no tapan el amor por un club, la nostalgia y la alegría y los recuerdos son más, mucho más, que todos ellos. La cancha, los goles, los lujos, todos están metidos en un tesoro, adentro bien guardado, que no se mancha. Pero la política encontró en Boca un foco de poder. Desde ahí saltó el hoy Presidente de la Nación. Allí nació la relación con María Eugenia Vidal, a la que ya, apresurados, llaman "La futura Presidenta". Ahí están todos esos nombres que es imposible no relacionarlos con el fútbol y con las tramas más oscuras: desde relación con jueces, fiscales, espías, políticos y empresarios. Allí están, todos juntitos, armando una pirámide de poder. Desde y con el club. Sí, Boca.
Pero... ¿pueden todos ellos hacer que Boca gane la Libertadores, el Mundial de Clubes y todas las copas que haya hasta que ellos no estén más?
No lo sé. Ojalá lo supiera. Pero sí estoy seguro de algo: les gusta más el poder que ver un partido de fútbol.