Como si fuera una Rockola, la cancha de Boca vibró al ritmo de varias canciones: “Riqueeeelmeee, Riqueeeelmeee”, fue el grito de guerra pero hubo más. “Angelici Botón, Angelici Botón, sos un…” (sí, eso que usted se imagina le cantaron al presidente ‘Xeneize’). Claro, el deseo/reclamo era unánime: “Riquelme no se va, Riquelme no se va”… “Oh le le, oh la la, Riquelme es de Boca, de Boca no se va”… y muchos otros temas más que sonaron en una Bombonera que volvió a hablar y demostró, como ya lo hizo una y otra vez, el cariño por el último gran ídolo del club. El más grande de estos tiempos, y el mejor que haya visto en mis 28 años y monedas de vida.

Es crack Román, y lo que más me gusta es que, hablando en criollo, no se come ninguna. Porque en rigor a la verdad la “novela” en la que hoy está metido Riquelme la generó el presidente de Boca. Sí, el mismo que no quiso hacerle un contrato por cuatro años en 2010 cuando era tesorero, hoy no quiere renovarlselo.  Nada es casual, está claro. El “aviso” del ‘10’ pos victoria ante Lanús (dijo que va a jugar hasta los 40, en Boca o en otro club) fue un mensaje directo a la máxima “autoridad” del conjunto de la Ribera.

Esta vez no hubo Topo Giggio y tiene una explicación: Román sabe lo que piensa el hincha de Boca, lo conoce, lo entiende y, sobre todo, lo respeta. Es recíproco. No necesita de encuestas para saber si quieren que se quede. Riquelme no está a prueba, no debe rendir examen, su mandato es de por vida. No llegó a Boca para estar de paso, llegó para hacer historia y le sobra categoría para escribir un par de capítulos más.

Ayer, estando en la cancha, me quedaron bien claras un par de cosas. La dimensión de Riquelme para el hincha de Boca es cada vez más imponente, muchos ojos vidriosos pensando en que quizá la del domingo fue la última vez del ‘10’ en el jardín de su casa, la de todos los ‘Bosteros’. La otra, es que el mandato de Angelici como presidente del club terminó el 11 de mayo de 2014 (dejará el cargo a fin de 2015). El hincha no le perdonará jamás el destrato hacia el ídolo, la falta de respeto, el poco tacto. A esta situación se llega, pura y exclusivamente, por la inacción de una dirigencia ‘Xeneize’. Simple, claro y concreto (como dice mi viejo).

El ‘Tano’ creyó tenerlo arrinconado a Riquelme. Lo puso de espaldas y lo quiso sacar de la cancha, justo a él. Al tipo que dejó ridiculizado a Yepes, en una jugada similar, lo dejó expuesto. Tiembla Angelici, La Bombonera latió: “Riquelme no se va”… y si se va, “que quilombo se va armar”.