“El amor de un padre a un hijo, no se puede comparar es mucho más que todo, vos sabés” (Los Fabulosos Cadillacs) 

Franco Colapinto ya es ídolo de los chicos porque el joven argentino revolucionó la Fórmula 1 con su capacidad y su personalidad. 

A Franco ya le hicieron incluso un juego de GTA, en sus últimas carreras lo siguió un tsunami de argentinos, y todo pese a que aún no tiene asegurado un asiento en la temporada 2025

Pero aún no hay merchandising de él. Esto lo sufrió un padre, cuyo hijo le pidió por meses el auto de Colapinto. Cansado de dar vueltas, el padre decidió comprar un autito Ferrari y transformarlo en un Williams. 

Y el resultado del trabajo es notable, hermoso, conmovedor.