Silva se desentendió de la jugada que podría haber terminado en gol
Pereyra Díaz había quedado solo frente al arquero por una mala maniobra defensiva y la presión del calvo goleador uruguayo. Como no pudo definir de primera enganchó, y la jugada indicaba el pase al número 9. El joven decidió pegarle al arco haciendo rebotar la pelota en un contrario y desaprovechando una segunda oportunidad también. Silva -muy caliente- dio media vuelta y se fue.
Uno de los jugadores que más demuestra sus sentimientos, lanzando insultos y protestas en voz alta, esta vez se cansó y plantó a su compañero por comilón.
Muchos dirán que el goleador ex Gimnasia y Boca tenía razón, amparándose en uno de los viejos preceptos futbolísticos de potrero: devolver el favor al compañero.
Cuando Pereyra Díaz remató tapado y la pelota rebotó en un defensor, el "tanque" se acordó de toda su parentela y se quedó tan desilucionado que abandonó la jugada, cuando aún podía tener destino de gol.
Como el equipo se llevó los tres puntos -con varias atajadas importantes de Marchesín- la calentura debe haber quedado sobre el campo de juego, pero si Quilmes hubiera alcanzado el empate... ¡la que se armaba en el vestuario!