Cómo si le hubiesen disparado por la espalda, Sebastian Ryall, hombre del Sydney FC, se deslomó en el área del Melbourne Victory.

Aunque fue un claro 'piscinazo', el árbitro no lo advirtió y decidió cobrar penal.

Además, como si fuese poco, el futbolista decidió mofarse, ante la mirada atónita de su supuesto 'agresor' golpeándolo en la nuca.

Tras esta actuación, ¿lo llamará algún productor de Hollywood?